Viamonte 525
Homenaje de cuatro escultores a su maestro: Enio Iommi. "Mayéutica" es la muestra colectiva que exhibe obra de Ramón Bares, Daniel Papaleo, Polo Simón y Héctor Tassino.
Texto curatorial de Elena Oliveras:
Ramón Bares, Daniel Papaleo, Polo Simón y Héctor Tassino reúnen sus obras en homenaje al artista y maestro Enio Iommi. Al hacerlo acentúan el hecho de que ayudó a “dar a luz” las ideas. Por eso podemos decir que Iommi, al igual que Sócrates, practicó el arte de las parteras -lamayeútica-aportando un modelo de acción libre y anticonformista alimentado por un profundo humanismo.
Estimulado por el maestro,Héctor Tassinoejercita el ver más allá, el captar lo que habitualmente no percibimos. Se sirve de materiales como la lupa y el acero, que le permite investigar las posibilidades del reflejo escurridizo articulado con la profundidad ambigua del espacio vacío. Al mismo tiempo subraya el rol del espectador como activador de la transformabilidad de la obra.
Del trato con Iommi,Ramón Baresretiene su antiacademicismo y el empuje hacia la búsqueda de materiales de todo tipo. Apoyado en esa base motivadora reflexiona sobre hechos cotidianos que incluyen situaciones amorosas, sociales, laborales o políticas. Su relato se centra en las peripecias del “Sr. García”, quien diariamente debe superar las consecuencias de sus errores.
Una de las consignas del maestro que más resuena en el programa operativo deDaniel Papaleoes “Así No”. No es casual que este sintético estatuto de lo anticonvencional nombre a una de sus series recientes en las que nos retrotrae a realidades habituales no siempre reconocibles. Es que, como dice el título de uno de sus trabajos:Sólo vemos hasta la punta de la nariz.
A lo largo de ocho décadas, Iommi renegó de todo ‘mandato’.Polo Simónretiene el que opera en el accionar del arquitecto, que él mismo ejercita junto a la producción artística. En una de sus últimas series la imagen del mandato toma cuerpo en los maples para huevos. Su estructura regular divisoria e inmovilizadora remite a un hacer regulado que intenta inútilmente disimularse en la falsa apariencia aurática del dorado.
Son diferentes poéticas. Pero algo tienen en común. Cada uno, a su modo, habla de un contexto disonante que aguijonea al artista y lo mueve a abrir un camino de libertades. Lo sintetiza Iommi en estas palabras:
“La libertad del artista está en la esencia de penetrar en este mundo lleno de contradicciones, para dejar un camino lleno de libertades”.
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