Por Rafael Squirru Buenos Aires, 26 de octubre del 2011
Para escribir
Sobre Marta Pérez Temperley
Se me quemaron
Los papeles de la lógica Y hasta del sentido común.
Tocar madera
Para que algo salga bien
Aunque muchos no lo sepan
Es acto religioso
Que se remonta a los Druídas Que adoraban a los árboles.
Marta toca madera
Pero la toca con la gubia
Para hacerla hablar
De sus sentimientos,
Su picardía, su maestría Su humor y su seriedad.
Puede inspirarse en el circo
Sus alegrías y tristezas
Volcando a los tacos
Negro, ocre y que asome
Algún blanco,
Para que todo vibre Al compás de su corazón.
Ancestros
Vascos e ingleses
Traducidos a lo argentino
Con la sonrisa en los labios
Marta nos obliga
A concentrar la mirada.
“Ojo con distraerse”, nos dice, “La vida no es broma”.
Aquí hay mucho trabajo
Mucho sudor,
Mucha lágrima,
Sin por ello perder
El sentido del humor.
Marta Pérez Temperley
Como Leguizamo, Al trote nomás.
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