BOLSA DE COMERCIO DE BUENOS AIRES
25 de Mayo 359, planta baja, Ciudad de Buenos Aires
Horario: de lunes a viernes de 10 a 18 hs.
El lunes 16 de abril se inaugura en el espacio de arte de la Bolsa de Comercio de Buenos Aires una exposición de Mario Stratiotis, pintor hiperrealista de depurada técnica, que exhibe una serie de paisajes argentinos que guardan una sorprendente similitud con los lugares originales.
La muestra, curada por el crítico e historiador del arte Julio Sapollnik, está integrada por una 25 obras, algunas de ellas de gran tamaño, que proponen un viaje por las Cataratas del Iguazú, el Glaciar Onelli, la Cuesta del Obispo, las terrazas del Río Limay y otros escenarios del país.
"Siempre pinto paisajes que visité –cuenta el artista-, esto me permite hacer bocetos o tomar fotografías para documentarme. En las Cataratas del Iguazú, por ejemplo, estuve seis veces, volvía una y otra vez tratando de encontrar que la mejor luz se una al momento de mayor caudal de agua. Por eso el cuadro tiene esa fuerza, porque incluye la mirada humana en el intento de registrar la fuerza de la naturaleza".
"Pinto paisajes de la Argentina que mucha gente conoce y me obligo a ser exacto para captar su dimensión –dice Stratiotis al hablar de sus pinturas-. Por eso el espectador reacciona con familiaridad y se identifica con mi obra. No porque hagan una lectura técnica sobre la ubicación de los elementos plásticos, como por ejemplo hablar de su profundidad, de su luz, o de su color; sino porque el cuadro se vuelve un territorio de recuerdos, la evocación de una majestuosidad por donde se transitó en familia o en soledad". Integran también la muestra algunas escenas de interiores y naturalezas muertas.
Mario Stratiotis nació en 1957 y comenzó a dibujar, precozmente, a los cuatro años. En 1968, cuando tenía sólo 11 años, realizó su primera exposición individual, en la Galería Whitcomb, donde en aquel entonces exhibían sus obras artistas de la talla de Quinquela Martín, Antonio Berni, Leopoldo Presas o Raúl Soldi. Ese mismo año, viajó con su familia a Nueva York, Caracas y Puerto Rico. A su regreso, participó en numerosas muestras colectivas y escribieron sobre su obra Rafael Squirru, Cayetano Córdoba Iturburu, Enrique Barilari y otros prestigiosos críticos.
Posteriormente, realizó viajes de estudio a París, Milán, Venecia, Florencia, Barcelona, Nueva York y Miami, donde también exhibió sus cuadros.
"...Mario expone una sutil poesía para mirar -escribe Julio Sapollnik-. Propone explorar paisajes y reconocer interiores tomando conciencia de que las cosas están allí y hay que tomarlas para hacerlas nuestras. Sólo debemos mirar e imaginar a través de los ojos del artista. El resultado está a la vista. Lo que antes podían ser lindos cuadros, ahora son verdaderas obras de arte".