En esta muestra, Mariano Conejo ha realizado una selección, muy reducida, de dos décadas de trabajo. En sus obras están siempre presentes sus raíces, “el paisaje nunca se va, se transforma”, afirma. El paisaje ha ido dejando que sus montañas, los caminos sinuosos, los cielos, las mesetas de altura, los fondos de quebradas y cauces de ríos, se vuelvan geometrías. Esas geometrías que no son abstracciones, sino recuerdos y, por tanto, son imperfectas. En el recorrido por las obras que eligió Mariano para compartir parte de su arte, se descubren homenajes a los Valles Calchaquíes, a las ruinas de Tastil, la ciudad precolombina más grande ubicada en nuestro territorio y a los colores que recuerda de su infancia cuando salía a pintar por el campo norteño. Mariano Cornejo transmite cercanía y calidez en su trato siempre afable y dispuesto a charlar sin las prisas de las grandes ciudades.

La muestra se podrá visitar desde el 31 de octubre en el primer piso del Patio Bullrich, Posadas 1242, CABA.