El tema es la belleza. Mariana Dunayevich retoma una imagen renacentista de Leonardo Da Vinci que representa el canon de la belleza física del ser humano. Para Leonardo y para los pensadores del Siglo XV, el hombre era el modelo y el centro del universo.
Mariana parte de esa idea para transformarla en aquello que hace que la obra “sea”: su universo plástico ahora es la Mujer.
Así plasma ideas autónomas del concepto renacentista, registrando sobre superficies circulares la forma de su pensamiento del Siglo XXI, sus preocupaciones y compromiso con la femineidad en distintas facetas.
Cubre estas imágenes repetidas una y otra vez con pinceladas, colores y representaciones, marcando un paralelo y tensionando con la figura masculina del Hombre Vitruviano.
Por medio de la reproducción ó de la transferencia de imágenes, Mariana nos invita a comprender la atracción que ejerce sobre cada uno de nosotros lo que queda oculto: esa imagen primigenia que inspiró su obra. Simultáneamente, en la superficie de la tela, marca el impacto de lo real que es el homenaje que brinda en cada obra a la Mujer en su belleza como madre, artista, médica, poeta…
Sus obras pasan de la individualidad construida con la intención de resaltar el protagonismo social de la Mujer, a constituirse en una instalación cosmogónica de la Mujer-en-el-mundo.
Así asume la puesta con un concepto del espacio y del tiempo que permite al espectador erigirse en protagonista, permitiendo que cada uno determine el orden de lectura de la obra marcada por la circularidad.
Marino Santa María
Junio de 2012