Mariana Allievi y Mónica Báez
Tramoya
11/07/2024 - 10/08/2024

Estación Guerrero 

Honduras 5961, CABA

Martes, Miércoles y Viernes de 14 a 19 hrs

Mariana Allievi y Mónica Báez

Tramoya es una palabra con un doble significado: por un lado, se refiere al conjunto de dispositivos manejados durante la representación teatral, y por otro, a un enredo dispuesto con ingenio. En esta exhibición, Mariana Allievi y Mónica Báez construyen una narrativa que revela la maquinaria tras el telón y nos invitan a mirar más allá de lo evidente. Tramoya es el enredo entre lo visible y lo oculto, las luces y sombras, lo artificial y lo real.

Sobre Tramoya

Mariana Allievi y Mónica Báez son jóvenes artistas sin vuelta atrás. Decididas en sus tareas y proyectos pueden invadir una escena de contemplación y reflexión como la actual refrendando la definición que ellas mismas anotaron: “El arte es una práctica social para conservar la ilusión”. Han elegido la hermosa palabra y concepto de Tramoya para definir en una risueña alegoría, el montaje de un escenario que busca hacer las veces de espejo, que siquiera por instantes se pueda atravesar. 

Mariana Allievi decía: “En mi producción puedo reconocer como gesto y discurso continuo la construcción y deconstrucción de la pintura, donde una obra lleva a la otra, y luego se realiza una final cortándolas todas en cintas, ovillándolas y tejiéndolas a dos agujas. La tela que fue soporte es materia y pintura a la vez. Esta práctica de transformación y laboriosidad adquiere también un sentido particular en el contexto de sociedad de consumo e inmediatez en el que se inscribe. El paisaje, también presente en mi obra como género tradicional en la pintura, es un punto de apoyo en el cual pivotear para generar escenas que contienen atmósferas, climas, afectaciones y anhelos particulares Insistir en la idea de darle cuerpo a la pintura guía mi trabajo, y es el cruce con recursos y técnicas que provienen del textil lo que me permite desarrollarla. Me interesa la relación entre tocar y ser tocada por la pintura y su tratamiento como cuerpo vivo que muta, se expande y ocupa el espacio. En esta oportunidad presento un trabajo instalativo, que me permite pensar en un lugar en el cual sentirse a resguardo y que decidí titular “Amparo”. 

Para Mónica Báez: “La paradoja del jardín consiste en la capacidad de embellecer la naturaleza como si ella misma se hubiese embellecido, como si únicamente de ella fuese el trabajo que da origen al aparecer de la belleza. El arte de la jardinería, mediante riguroso artificio, nos muestra un producto que parece ser libre y natural, ocultando de este modo el esfuerzo del trabajo humano. Estamos aquí ante variados jardines: esparcidas como flores las figuras sartoriales brotan de sus respectivos suelos. Vestidas con sedas, tweeds, tejidos y guipurs, ornamentados con bordados y pasamanería cuyas telas e intervenciones textiles se distinguen claramente unas de las otras, desde el Príncipe de Gales hasta el complejo ñandutí. Los pequeños jardines de una sola flor muestran su contingencia y caducidad acotada a su parcela propia. Por otro lado, el escenario teatral es el ámbito donde se consuma y perfecciona la existencia de lo contingente. En este caso, el espacio escénico no se .presenta asociado a la creación de una acción dramática sino que reclama su derecho propio a la existencia. Vestuarios y escenarios se sitúan un paso al costado de los personajes de Pirandello, no buscan un actor, ni su escena, ni su autor, son sin porqué y sin para qué”.

Mariana Allievi, Mónica Báez y Tulio de Sagastizábal. Buenos Aires, julio 2024