MCMC Galería
José León Pagano 2649
El miércoles 9 de marzo a las 19 se inaugura en la galería María Calcaterra (MCMC) Neurocisne, una muestra colectiva que explora la figura del cisne, desde la mirada de destacados artistas. La exposición, curada por Solana Tixi, es la primera muestra del año 2022 realizada en la Galería.
La muestra reúne a algunos de los artistas argentinos más importantes de los últimos años: Diana Aisenberg, Elba Bairon, Azul Caverna, Martha Boto, Nicolás García Uriburu, Chelsea Culprit, Edgardo Giménez, Vicente Grondona, Alejandro Kuropatwa, Alejo Musich, Alita Olivari, Kazuya Sakai, Verónica Romano y Nahuel Vecino, juntos por primera vez en una exposición.
A través de un conjunto de obras de distinto formato que incluye pinturas, esculturas, una obra lumínica y un recorrido sonoro diseñado por el músico Federico Cabral, la muestra nos sumerge en un mundo onírico pero real, donde se expresan distintas voces al unísono.
Son voces aparentemente disímiles, que provocan la interacción de universos semióticos que sobrevuelan en torno al pájaro sagrado, puente entre lo divino y lo terrenal. Ellas nos hablan de un poder desconocido, de la espiritualidad, los mitos griegos, lo sagrado, y el bien y el mal.
¿Qué añora el humano del cisne? ¿Es eso mágico que resulta inascible?
El cisne, ave asociada a la belleza, es símbolo de la realeza espiritual. Considerado un animal de poder en culturas griega e hinduista, entre otras, el cisne protege a las personas purificando su alma y es símbolo de la fidelidad y la pureza del amor de pareja. Su bella imagen nos habla también del misticismo y nos remite a antiguos mitos griegos. Según cuenta la leyenda, Zeus, máximo Rey de los dioses del Olimpo, descendió a la Tierra en forma de cisne para seducir a la bella Leda. Del fruto de su amor nacieron Helena y Polux, ambos inmortales por ser hijos de Zeus. El mito fue fuente de inspiración para grandes artistas de todos los tiempos, desde los maestros del Renacimiento –como Da Vinci, Miguel Angel y Veronese-, al propio Cezanne, uno de los principales padres del impresionismo o incluso el pintor estadounidense Cy Towbly. El ave no escapó del esoterismo de Hilma af Klint, artista sueca pionera del arte abstracto, quien encontró en él el motivo de una serie tan perfecta como maravillosa. El escritor Hans Cristian Andersen se inspiró en la figura del cisne para escribir el bellísimo cuento infantil "Los cisnes salvajes". La teoría del cisne negro" sirvió también de metáfora para describir sucesos de gran impacto, no previstos con anterioridad por ningún analista.
La poética del cisne es sin duda atemporal, recurrente y no se agota.
Neurocisne
Está ahí, en su cuello y en todo su cuerpo: el cisne es enigma que interroga. Es pregunta mística que picotea, unas veces la cabeza, otras el corazón. ¿Qué hay en el pájaro sagrado que no podemos del todo atrapar? Y en todo caso, ¿querríamos hacer nuestra la divinidad que a él fue dada por
Apolo cuando el mundo era griego? También se podría pensar en su canto. Los cisnes, cuando presienten que van a morir, cantan aquel
día aún mejor que lo han hecho nunca, a causa de la alegría que tienen al ir a unirse con el dios a que ellos sirven, dice Platón. Así, el canto del cisne es la abrupta aparición de un poder interior desconocido. ¿Es esa, entonces, la búsqueda del tesoro? Parece, ahora que el cisne está presente en todas las cosas, en forma de pregunta que nos lleva hasta el borde. Es el emblema dual de los poetas que forcejea entre la contundencia de lo sensual y lo efímero de la pureza. Es la certeza del hermafroditismo – masculino y fálico en la acción, de seda y suave en el cuerpo. Es compañía de los dioses Brahma y Varuna que en la India los montaban. En la mitología son aves consagradas a Apolo, que los dotó para significar lo bello y lo armónico. También son de Venus por ser blancos y voluptuosos como ella.
También es el signo de la pelea entre el bien el mal. El puente entre lo divino y lo terrenal. Fue mutado en él que Zeus descendió del Olimpo para hacer el amor con Leda y del mito se valieron los grandes del Renacimiento - Da Vinci, Miguel Ángel, Veronese -, pasando por el post impresionista Cezanne hasta el moderno Cy Towbly para materializarlo en pintura. El ave tampoco escapó de la esotérica Hilma af Klint quien encontró en él motivo de una serie perfecta y obsesiva cuando
pintaba - como se dice ella - para el futuro. El cisne es cuento de Andersen, música, disfraz, película y en su versión negra también es teoría económica. Su poética es atemporal, recurrente y no se agota.
La conversación coral imaginaria que vive en esta sala, explora las manifestaciones del simbolismo
del cisne y su mundo circundante a través de las obras de artistas aparentemente disimiles y no
siempre coetáneos. A todos dan ganas de preguntarles si se sienten como Rubén Darío, quien creía
que el artista no podría nunca ser cisne porque no lleva su carácter divino. A lo sumo aspiraría a
ser Leda, se dejaría penetrar por él cuando bajara del cielo y encontraría en la brevedad de ese
instante la unión con la inspiración que deja una obra de arte como prueba de ese amor.
Curaduría: Solana Tixi
Diseño Sonoro: Federico Cabral
Inauguración: 9 de marzo a las 19hs
Duración: hasta el 20 de abril 2022 – con cita previa
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