Lucas Di Pascuale
Querido margen
01/10/2019 - 09/11/2019

Hache galería

Loyola 32, Villa Crespo, CABA 

Lucas Di Pascuale

En Querido margen, Lucas Di Pascuale problematiza su práctica del dibujo abordando diversos aspectos que hasta el momento no tenían un marcado protagonismo. Por un lado nos propone un hacer imbricando lectura, cita y dibujo a partir de paletas acotadas. ¿El dibujo es color? Esas acciones comienzan en un sector del papel como si se trataran de una mancha de humedad cuyo impulso le hace llegar hasta los bordes. Ese papel luego reclama mayores dimensiones y así aparecen, por primera vez en el hacer de Di Pascuale, dibujos de gran formato. En algunos casos toma elementos que aparecen en esos dibujos-mancha y los retrata en solitario, luego retoma la idea de la mancha de humedad y la congela apelando a lo formal; en ambas situaciones hay una vuelta a la idea de figura/fondo. ¿El dibujo es color? Di Pascuale delimita sus paletas al tiempo que expande sus herramientas, proponiendo una convivencia de los rojos birome, los rojos tinta, los rojos lápiz y los rojos óleo. El dibujo es fragmento. Nos interesan esas totalidades que componen Querido margen porque están compuestas por infinitas fracciones de tiempo y sobre todo, porque luego de observarlas, viene el olvido.

** Lucas Di Pascuale es artista representado por la galería El Gran Vidrio, Córdoba.

Querido margen

Dibujos, grafismos y mensajes. El texto dibujado, el texto desbordado.

Doy vueltas al cómo decir, con la intención de acompañar. De acompañar al amigo en su aventura, al artista en su riesgo, al autor en su viaje al mundo de atrás de las cortinas y más allá del espejo, tam- bién.

El dibujo es aquí una práctica repleta de impulsos y secuencias, secretos y ademanes, todos con su urgencia por manifestarse.

Se abrió una puerta y aparece un dibujo que no puede despegarse ya del gesto y del acto de dibujar. Ahora, volcados hacia la enunciación exigente de pensamientos y emociones, reacios a cualquier demora.

Hay mucha pasión en juego, y florece con impudor el deseo de mostrar y mostrarse en la emergencia primera, con toda la confusión que lo acompaña.

Vislumbramos recuerdos e intuiciones, que se suman, contradicen, acoplan y se expanden inacabada- mente en estas instancias de un discurso que se arropa en su enorme vitalidad.

¿Pulso de la precariedad de los sentimientos?

Dibujos que parodian ilustraciones, dibujos que rastrean formas y texturas.
Dibujos que arriesgan gestos que exploran sus posibilidades, dibujos que hacen nido y se suman a la espesura.

Dibujos que recuerdan y apelan a textos leídos y releídos, autores amados, lecturas recurrentes o inolvidables. Autores trágicos o alegres, que siempre conmocionan.

Pero aquí, en el recorte de sus palabras, aparecen girones de frases y pensamientos, que fueron convertidos por la alquimia del dibujo en otro modo de vocear imágenes.

Una convivencia indespegable, textos que se evidencian como figuras, imágenes que atesoran esostextos en un mismo collar de sentidos herméticos, en el común viaje hacia profundidades que se vuel-ven superficie. Que nos reenvian hacia relatos hechos música, hacia universos poblados como mega- lópolis de fantasmas y ensoñaciones, de vigilias y adormecimientos.

Relax y descanso de tantos conocimientos adquiridos. Memoria que deja fluir una conciencia que evalúa su insensatez, y se humaniza.

Todo esto tiene algo de la visión desde la ventanilla del tren, de un tren de alta velocidad. Todo lo que está allí es real, pero se escurre, se escapa, se sucede como se suceden los actos de comprensión, que, cuando cierran en claridad, ya el objeto se ha corrido de lugar.

El desconcierto da lugar a la angustia, pero también a la curiosidad.

Se diría que el autor afronta la angustia, pero no deja de cautivarse por la curiosidad. El mundo se le escapa, pero las imágenes y las palabras se aferran al dibujo.

Todo texto es tejido innumerable, tejido inacabado, tiempo reconstituido, tiempo insondable peropresente. No hay principio ni fin, cada imagen es también un recomienzo, un principio ordenador ypasajero. También, un vértice en ningún lugar.

Es la pasión por el hacer, el idilio con el testimonio, el afán por estar y permanecer. El placer de vislum- brar una identidad en medio del torbellino. El lugar del vigía, del autor del código, del que aguarda el saber.

Los colores: aquí el dibujo se ancla en la pintura, se borran entonces frecuentes distinciones; pero,claro está, lo que se dibuja en color, lo que llena la superficie de color va logrando que la temperaturade las imágenes aumente, que el vértigo se acelere, porque el dibujo deja de ser ya aquel corte incisivo de la punta del lápiz que indagaba en la mímesis.

Cuando Lucas despliega sus delicados papeles de molde, literalmente los despliega, pues vienen con frecuencia plegados, tal vez en dos o varios pliegues. Abre una caja impredecible, rompe algún sellomágico y aflora el universo multicolor de los infinitos episodios atesorados entre esos sutiles pliegues,derramados en los momentos de soledad y pulsión narrativa.

Da temor hablar de la magia del dibujo, entonces prometemos no decirlo y guardamos silencio, sabiendo bien que tal cosa sin lugar a dudas existe.
Y aquí se hizo presente.

Tulio de Sagastizábal, agosto de 2019.

Inauguración: martes 01 de octubre, 19 h
Cierre: 09 de noviembre, 2019
Entrada libre y gratuita.
Hache galería. Loyola 32, Villa Crespo, Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Horarios: martes a sábado de 14 a 19 h
Para otros días y horarios con cita previa: +5411 4856 8787 / info@hachegaleria.com