Av. Infanta Isabel 555 (frente al puente del Rosedal de Palermo) Parque Tres de Febrero
Sobre la muestra
Una retrospectiva que conjuga pinturas y dibujos deLorenzo Giglirealizados durante el período 1956 - 1970 en la localidad de San Fernando, provincia de Buenos Aires. La exposición reúne una serie de esculturas en cemento directo patinadas con ácidos y óxidos, compuesta por la serie “Toros” y la pieza de gran formato “Astronauta”, dispuesta en una base giratoria. Incluye además paisajes de barrios bajos cercanos al río en San Fernando y al Canal de San Fernando, con sus habitantes y casas típicas elevadas por las crecidas, así como croquis en tinta concebidos a modo de estudios para las pinturas y esculturas del artista.
“Polifacético en los recursos, con una temática versátil marcada por amor a la tierra, a los valores de la vida simple, a otros seres vivos”, destacaIvana Sicolo, del Area de Investigación y Archivo del Museo Sívori.“A lo largo de su producción los cambios de lenguaje adquieren significación y coherencia desde una relación directa entre la forma, el contenido y la técnica. Asimismo, distintos aspectos y matices aparentemente contradictorios enriquecen su obra. Por ello apreciamos tanto silencio, ternura, intimidad y gracia a la vez que patetismo, dolor y muerte”en la obra de Gigli.
“Elaboró pacientemente su propia técnica y siempre al adecuó al tema que se propuso trabajar–continúa Sicolo–.Su tópico se caracterizó por un vigoroso realismo alejado de toda falsedad y facilismo. No tuvo prejuicio de la exactitud, tuvo más bien pasión por una verdad que supo extraer de los objetos estudiados.(…)Lorenzo Gigli pintó, modeló, grabó y dibujó como vio y vivió su entorno. Asido fuertemente a sus orígenes de Recanati, Italia, resignificó en su producción con destellos de esa raíz. Surgieron tal vez así, los paisajes de San Frenando donde residió y retomó la escultura, recurso plástico que sintió, en la madurez, como una deuda pendiente. Para el autor, las pequeñas cosas constituyen verdades universales, que marcan el ritmo del destino. Y esas pequeñas cosas: la naturaleza, el hombre y su familia, el amor, la hermandad, el trabajo, el nacimiento y la muerte fueron las que inmortalizó en su obra”, finaliza.