Paraná 1133
Doble homenaje, o de una “apreciación”, como especifica el subtítulo de la muestra. Por una parte se celebra la figura del célebre filósofo y escritor francés Denis Diderot (1713 – 1784), creador, animador y editor de una de las empresas intelectuales más ambiciosas e influyentes del espíritu humano, L´Encyclopédie (1751 -1772). Por otro lado la muestra celebra un color presente en todas las obras expuestas: el rojo.
No hay un vínculo directo, causal entre la vida y la obra de Diderot y el color rojo. Incluso el enciclopedista –que fue quizás el primer gran crítico de arte de la historia- no hace en sus escritos ninguna mención explícita al rojo. Podría conjeturarse que el rojo es el color usualmente utilizado para señalar o destacar alguna cosa y que Kirin se sirve de él para poner de manifiesto detalles o facetas de la obra de Diderot. Lo cierto es que Kirin soñó a este escritor que admira en rojos y se sabe que los sueños tienen una lógica propia, misteriosa. Algunas de las obras expuestas son recreaciones que ha hecho el artista de las maravillosas ilustraciones de L´Encyclopédie. Kirin recrea, dibuja, copia y pixela estas imágenes y las interviene con rojo, o mejor dicho
con variaciones de la gama de este color que posee una carga simbólica tan poderosa. Kirin emplea el bermellón, el cadmio, el escarlata, el cinabrio y varios matices más del rojo que, como dice Michel Pastoreau en su Diccionario de los colores, “…es el color por excelencia, el color arquetípico, el primero de todos los colores”. Kirin ya había usado un único color en algunas de sus series pictóricas precedentes: Negro de marfil (en 2004) o el diálogo blanco-negro en Entrelíneas (en 2014), expuestas en la Galería Jorge Mara – La Ruche. De ambas exposiciones existe un catálogo ilustrado.
En la presente serie Kirin sigue igualmente desarrollando variaciones sobre formas geométricas , a veces de gran tamaño. Junto a éstas se exponen óleos sobre papel, más pequeños, que muestran una suerte de tejido o trama de signos gráficos evocativos de alfabetos antiguos, arcaicos, con un singular contenido poético: puras representaciones pictográficas sin más referente que su propio misterio.
Con motivo de esta exposición se ha editado un catálogo ilustrado, con un diseño particularmente hermoso, a cargo de Manuela López Anaya.