Arroyo 807. Esquina Esmeralda
Para concretar este proyecto, Tuñón se inspira en uno de los muchos artistas que trabajaron la escena de la belleza: Edgar Degas y sus obras íntimas que aluden al cuerpo de la mujer e incitan a mirar lo que debería permanecer oculto.
La intervención despliega dos momentos: el de la luz y las sombras y el del trabajo sobre la materia. En una de las salitas el artista coloca en el centro un fuentón de metal, en el que se han calado finas ranuras que dibujan el contorno de “las bañistas” de Degas. Estas figuras son proyectadas en la oscuridad, acentuando un clima de reserva y ocultamiento.
En la otra sala, en otro cuentón, se ubica una bañista hecha de arcilla, moldes de chapa y lonas con dibujos.Objetos que construyen un espacio en que lo exhibido aún no termina de separarse del lugar creado.
Como menciona Tuñón:”La escena así organizada, el borde (del dibujo, del cuerpo y de la escena misma) se representan por esa ranura que fuerza la proyección hasta hacer aparecer la imagen. Por la misma ranura entró el artista al arte.”