Espacio Arroyo
Arroyo 834, CABA
Esa gota de rocío que resbala por un helecho hasta convertirse en bruma por la mañana; la brisa verde que juega confiada entre los árboles, el tímido canto de un pájaro, esa rama seca que se quiebra bajo el peso de un paso insolente. Los colores que despiertan audaces a distintas horas del día y, más tarde, se esconden detrás de una rama caída. Las luces de la mañana, coloridas y brillantes y también, las sombras azuladas de la noche. Todo queda atrapado en cada uno de los paisajes de Gustavo Rovira. La Naturaleza pinta con luz, Rovira lo hace con esmerada técnica y pincel. “Mi pintura siempre oscila "Entre la realidad y los sueños; los sueños se adelantan y me enseñan a volar.”
Retratar los paisajes de Cariló es una de las pasiones de Gustavo Rovira, artista plástico, que descubrió a la edad de 7 años el placer por la pintura y nunca dejó de hacerlo. A los 24 dio el gran paso de su vida, viajó a Los Ángeles, lugar en el que se perfeccionó en técnicas de acuarela. A partir del año 1995 realizó en Buenos Aires diversos talleres con pintores de la talla de Marcos Borio, Gabriel Allerbon y José Marchi. Desde entonces expone en galerías de nuestro país y del exterior. “No recuerdo un día que no haya pintado, porque uno no sólo pinta con materia; paso horas pintando con los ojos, con pasión y con el alma.” Así pinta Gustavo Rovira.
Sus obras se exhiben en Espacio Arroyo del 16 al 30 de noviembre.