Junín 1930
Sala 10:
Esta muestra permite una lectura narrativa en relación al lugar donde está montada, contiene una escena que juega con la ficción y el enunciado conceptual de su sitio específico. La sala oficia de cámara, un espacio aislado, quizá sagrado. Aunque el público puede ingresar a su interior solo por uno de sus accesos, el resto de las aberturas están bloqueadas por tapiados de madera que recuerdan su condición de claustro; que señalan su función concreta y simbólica de lugar íntimo donde se atesora un valor intangible. Lo cierto es que adentro, no hay más que soledad y la materialidad rústica de los tablones de madera. La cámara ha sido profanada. Su secreto ya no existe. Solo queda su atisbo aurático, las sombras de lo que fueron objetos de culto: ¿obras de arte? La muestra se compone de dos tapiados de madera que bloquean las ventanas de la sala y una estructura del mismo material que restringe o limita el ingreso por la puerta de entrada. También se exhiben dos proyecciones de diapositivas que definen la sombra proyectada de dos obras que ahora no se encuentran en la sala.