Fundación Andreani
Av. Pedro de Mendoza 1987
La Boca, CABA
En esta, su primera exposición individual, la artista presenta una selección de animaciones y dibujos monocromos que nos acercan a corporalidades blandas de telas, capuchas, carpas deshechas, humo y cenizas: un universo invertebrado en el cual los únicos soportes rígidos parecieran ser unas zapatillas o unas hebillas metálicas que les dan formas definidas, aunque sea por un momento, a estos cuerpos inestables. En los comienzos del cine animado, parte del atractivo que capturó con fascinación a sus primeros espectadores tenía que ver con la infinita mutabilidad de sus personajes. A esta novedad brindada a la cultura de masas Einsenseten la llamó plasmaticidad: todo personaje u objeto animado guarda en sí la potencia de transformarse y derivar en otro nuevo. En HUESOS DE AZÚCAR, las animaciones adquieren esta cualidad para narrarnos una distopía de cuerpos en decadencia. Cuerpos que se mueven con algo de torpeza y desconocimiento frente a las normas de la plasmaticidad: sin encontrar un lugar firme, habitan un limbo o pasaje precario hacia su descomposición. Con un camping abandonado como escenario principal de este relato animado, veremos a un grupo de amigos lidiar con parantes rotos e insectos que amenazan con terminar sus restos, mientras comienzan a experimentar una identidad entre espectral y zombie. Como las espirales que se convierten en cenizas o los huesos en azúcar, los protagonistas deben adaptarse a la inevitable transformación que su entorno les demanda. Aunque recuerden con melancolía otros tiempos
donde todo parecía tener más forma y sentido.
Acompañada de un texto del joven escritor Pablo Foladori.
La muestra se podrá visitar desde el día de su inauguración 04 de noviembre en Fundación Andreani Av. Pedro de Mendoza 1987, La Boca