Libertad 1628
La guerra de las termitas
Emilio Chapela
Para el artista multidisciplinario mexicano Emilio Chapela, las redes de comunicación, así como los buscadores, las herramientas cibernéticas y los programas digitales, son espacios óptimos para conocer los desaciertos, irregularidades y absurdos de la sociedad. En ésta, su primera exposición individual en la galería 11 x 7, Chapela nos muestra –a través de dibujos digitales, una instalación y un video– las imprecisiones que se esconden detrás de toda transacción digital, las fallas que supone todo proyecto.
En La guerra de las termitas el espectador encontrará, de entrada, una serie de objetos híbridos: dibujos digitales elaborados meticulosamente por el artista para simular el efecto de un material real (una tabla de madera) impresos cada uno sobre una hoja de 315 gramos fabricada completamente de madera. Es decir: el efecto de la madera está impreso sobre un derivado de la madera misma, y tanto por eso como por la veracidad de los trazos la artificialidad de esos objetos no es evidente a la distancia. Incluso, a primera vista parecería que Chapela hubiera realizado un acto de apropiación o una suerte de ready-made. Es solo cuando nos acercamos –y vemos con detalle esos objetos– que nos percatamos de su artificio. Las “maderas” no despiden su particular aroma ni aparece por ninguna parte la porosidad de su textura. La ilusión óptica que provocan estas superficies podría remitirnos al Op art de los años sesenta, pero Chapela va mucho más allá de la seducción del tromp d’oeil: mientras que en la superficie de las piezas es visible el truco, en el soporte de cada una de ellas reside el elemento orgánico al que se refiere la representación. Este juego de contrastes –entre lo orgánico y lo artificial– es un buen punto de partida para comenzar a dialogar con La guerra de las termitas, ya que se encuentra presente a lo largo de toda la exposición.
En 2007 Chapela realizó Crumbled Paper, una serie de dibujos –a mano– en los que seguía y marcaba todas las líneas que quedaban inscritas en una hoja de papel después de que ésta había sido arrugada con las manos hasta “hacerla bolita”. Aquí el artista presenta una variación de aquella obra: una serie de nuevos dibujos que imitan ese ejercicio pero esta vez desde la computadora. Dicho de otro modo: lo que aquí vemos son dibujos en los que parece que el papel fue arrugado y después aplanado, pero en realidad las “arrugas” que aparecen en esas hojas son trazos digitales y no pliegues tridimensionales. Estos dibujos son también objetos híbridos: el simulacro de una hoja de papel está impreso sobre una hoja de papel. Esta serie podría hacer pensar en Sol LeWitt y en sus dibujos minimalistas. Pero Chapela, al revés de LeWitt –quien dibujaba siguiendo un set de reglas inviolables–, se atreve a improvisar un poco y, en vez de seguir un orden, busca imitar el azar.
En estas series Chapela no pretende producir una nueva versión de lo “real” sino poner en riesgo la idea de realidad que hemos construido para nosotros mismos. Esa intención atraviesa también la obra Hexágono #8482, Anaquel #5: una colección de 32 “libros” de madera que, dispuestos sobre una repisa, también forman parte, para sorpresa del espectador, de esta constelación de simulacros. Los libros de Chapela están despojados de todo valor utilitario: no son bienes de consumo ni de ocio, ni tienen posibilidad de serlo. Son, acaso, maquetas de libros que nunca van a alcanzar su destino final (telos): ser leídos. Si el proyecto moderno nos dijo una y otra vez que existe un propósito y un fin y que todo avanza hacia alguna parte, Chapela desdeña ese discurso y desestabiliza, de paso, toda noción de “realidad”.
La última pieza es un video en loop que lleva el título de la exposición. Aquí Chapela imita el efecto de “ruido” o “estática” que aparece en el televisor cuando no hay señal a través de una secuencia en alta velocidad de imágenes de cientos de maderas. En otros idiomas (el rumano, el sueco, el húngaro y el danés, por ejemplo) a esta estática se le conoce como la “guerra de las hormigas”. En este caso no son hormigas sino termitas las que Chapela ha puesto a pelear metafóricamente (recordemos que las termitas se alimentan de la celulosa, componente del que están hechos tanto el papel como la madera, los dos materiales presentes en la exposición).
Todas las piezas que componen La guerra de las termitas –la estática simulada, las maderas sin aroma ni textura, los papeles arrugados y sin embargo sin pliegues– nos obligan a repensar el concepto de realidad y a concebir el mundo tal como lo imaginó Jean Baudrillard a partir de los años setenta: un mundo que desafía el discurso de lo real y “aspira al estatus de la ilusión, restaurando la no-veracidad de los hechos, la no-significación del mundo, proponiendo la hipótesis opuesta de que no hay nada en vez de algo”.
Lorena Marrón
-----
Emilio Chapela (ciudad de México, 1978). Vive y trabaja en la ciudad de México. Se forma como matemático por la UNAM y posteriormente estudia fotografía y medios relacionados en el Centro de la Imagen en la ciudad de México. Entre sus exposiciones colectivas más recientes se encuentran Patria o Libertad, MOCA (Toronto); Coca Colonized, Museo MARTE (San Salvador); Cosmopolitan Routes, The Museum of Fine Arts (Houston) y Human Rites, Bass Museum (Miami). Entre sus exposiciones individuales más recientes se encuentran A Measure for Somethings, Henrique Faria Fine Arts (Nueva York); Ask Google, Saw Gallery (Ottawa) y Made in Italy, Galleria Galica (Milán). Su obra también ha sido expuesta en el Museo de Bellas Artes (Houston), el Museo Rufino Tamayo (ciudad de México) y la Galería Pace (Nueva York) y forma parte de las colecciones del Museo de Bellas Artes (Houston), la Colección Júmex (ciudad de México)y el Museo MARTE (San Salvador), así como de colecciones privadas en Estados Unidos, Inglaterra, Bélgica, Austria, Argentina, Venezuela y México. Ha sido merecedor del premio Artista Emergente en la feria PULSE (Miami, 2008) y del premio Gran Centenario al artista emergente otorgado por la Fundación Cuervo (ciudad de México, 2008). Formó parte del Programa de Coinversiones Culturales del FONCA (ciudad de México, 2008), ha sido artista en residencia en el ISCP de Nueva York por el FONCA (2007) y fue beneficiario del Programa Jóvenes Creadores del FONCA (2004-2005).