Diego Alberti
Resistencia Atari
12/07/2024 - 12/08/2024

Pabellón 4 Arte Contemporáneo

Ramirez de Velasco 556 PB

CABA

Diego Alberti

Resistencia Atari

Esta exposición se iba a llamar Playfields. Nos gustaba el título, pero resultaba una palabra críptica para quienes no conocen nada sobre consolas de videojuegos de los años ‘70/‘80,como es mi caso. Entonces la historia cambió su eje. En lugar de centrarnos en el resultado experimental del proceso artístico, decidimos poner el foco en la persistencia de un soporte que, aunque caído en desuso y reemplazado por diferentes oleadas de tecnologías digitales, sobrevive a su obsolescencia.

Espacio doméstico

Atari VCS (Video Computer System) 2600 es la marca del producto que marcó una época y que elegimos usar como índex, porque su invocación transporta a varias generaciones (+40, sobre todo) hacia un recuerdo emocionante. La invención de la consola para uso doméstico trastocó el espacio físico del juego. La historia cuenta que la migración se produjo del bar al living. Los enormes y pesados Arcade (limitados en su posibilidad de sólo dar inicio con el botón de Start) se transformaron en pequeños dispositivos con cartuchos intercambiables. El refugio del videojuego en la intimidad del hogar también puso fin a una adicción controlada que sucedía en el espacio público, y que estaba sujeta a las posibilidades económicas de lxs usuarixs. “El Atari” popularizó un estilo de vida en torno a un aparato electrónico que cambió para siempre hábitos y rutinas de ocio.

Espacio virtual

El código de programación de los Atari es una verdadera artesanía. La lógica funciona de izquierda a derecha, completando beam a beam líneas horizontales que descienden en forma sucesiva hasta llenar la imagen del televisor. Antes de la consola doméstica, los videojuegos tenían un único playfield, es decir, un único escenario donde acontecía la trama. Con el Atari, las posibilidades de programar otras espacialidades por arriba, por abajo y hacia los costados, permitió expandir la pantalla más allá de sus límites físicos. Una revolución experiencial para sus usuarixs y una revolución creativa para sus programadores que, desde entonces, pudieron construir complejos mundos paralelos en código byte bit. Espacio afectivo Ante todo, el Atari es un modo de resistencia amorosa. Es la demostración de que una tecnología puede calar tan profundo en la humanidad que persiste más allá de su condición arqueológica. Sus posibilidades de hackeo no son otra cosa que intentos de permanecer; ó intentos de seguir vigente promovidos con devoción mística por su comunidad de programadorxs.

De todos modos, esta fascinación no es irracional. Puede ser que haya algo de nostalgia (un bien de infancia deseado aunque inalcanzable), pero también hay algo de misterio por descubrir. Y hay algo de obsesión porque hay más información por explorar en esa caja negra que cabe en una mesita ratona. Esta exposición trata de eso. De seguir encontrando respuestas en dispositivos que, a pesar de su aura retro, continúan despertando pasiones porque aún no lo han dicho todo.

Lucía Stubrin

Buenos Aires. Julio 2024

La muestra se podrá visitar del 12 de julio al 12 de agosto de lunes a sábado de 16 a 20hs en Pabellón 4 Arte Contemporáneo, Ramirez de Velasco 556 PB.

Entrada libre y gratuita