La mirada ha sido objeto de interpretaciones en la historia del pensamiento. Construye o destruye las percepciones individuales y forja un estatus que puede dar consistencia al ‘yo soy’ del sujeto.

Con nuestra “mirada” podemos ayudar al otro a ser él mismo, pero también podemos llevarlo a una comprensión errónea de su propia personalidad. Complicidad, seducción, inquietud o enojo, mirar y ser mirado es una comunicación sin palabras -sin idioma- pero cargada de contenido.

Cristina Ferreras invita al espectador a ser parte de este intercambio entre personas que comparten un ámbito urbano, con quienes solemos tener apenas unos segundos de contacto visual. Apelando a la consigna simple desde el título, el entorno se percibe como una instalación donde el centro es el que ocupa el visitante que está interpelado por dos frentes.

Entre la calle y su flujo de circulación y, las figuras blandas de los personajes comunes que penden del techo, hay algo para entender que implica una reflexión individual. Saber qué mirada es la que conecta mejor para devolverle el espejo en el otro. La artista no sólo propone poner el cuerpo, sino reflexionar sobre qué vemos, aquí y ahora.

Pilar Altilio

La muestra se podrá visitar desde el 12 de octubre a las 18h30 en Centro Municipal de Arte, San Martín 797, Avellaneda de martes a sábado de 10 a 20hs.