Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat
Olga Cossettini 141, Puerto Madero, Buenos Aires
En el año de su décimo aniversario la Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat profundiza su compromiso con el arte argentino y presenta a partir del 3 de agosto de 2018,Vida de pintor. Carlos Alonso.La exposición reúne un gran número de obras resultado de la constante reflexión del artista acerca del hacer del pintor y sobre la pintura en sí misma. Estas obras, seleccionadas por Carlos Alonso, introducen a la historia y vivencias de Vincent Van Gogh, Auguste Renoir, Gustave Courbet, Lino Enea Spilimbergo, entre otros; y nos acercan al mundo interior del artista. Su aguda mirada invita a recorrer la vida de los pintores: la propia y la de maestros de todos los tiempos.
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Yo mismo me he preguntado, por qué esta tendencia a revivir a partir de obras de otros autores; por qué esta necesidad de apoyarse en obras del pasado, ya consagradas y respetadas. Puedo decir que es la necesidad indudable de ese respaldo para poder pegar un salto, sin que la aventura sea un salto al vacío; sentir que uno es parte de una cadena, un eslabón de una cadena, que viene de atrás y que uno aspira que siga para adelante; una forma de tomar aliento, de tomar fuerza, bebiendo en fuentes que uno considera legítimas y aún llenas de savia, de vitalidad y de potencia.
Carlos Alonso
LA RESISTENCIA (Fragmento)
Marta Traba
Alonso trabaja como un individuo en una sociedad que poco o ningún caso hace de él, que se ha embarcado en otro proyecto artístico invasor. Pero llegados a este punto, convendría recordar ciertos conceptos de Hauser: “Una personalidad creadora que siente, piensa, obra y realiza individualmente sólo aparece como fenómeno de reacción; corporeiza siempre una réplica a una cuestión o una respuesta a una provocación. Un artista sólo se forma en el curso de su enfrentamiento con el cometido que le es propuesto y cuya solución emprende. Su individualidad se entremezcla paso a paso con la solución de este cometido…”. Si las obras de quienes calificamos, en las áreas cerradas, de resistentes, se presentan como una réplica a la incitación exterior, la de Alonso puede ser considerada como la respuesta a una provocación; cuando el arte argentino pierde todo sentido, Alonso se zambulle en los abismos de la condición humana, se vuelve temporal, histórico, crítico, ético.
La vida de la pintura (Fragmento)
Roberto Amigo
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En 1967, año de producción intensa, realizó una naturaleza muerta, no exenta de lirismo, con una paleta más amplia y luminosa. Si en este año clave predominó el pensar la imagen del padre, en el arte y en las ideas, no debe extrañar que haya aparecido la cita pictórica a Van Gogh. Esta naturaleza muerta no presenta el retrato del artista. El retrato ausente —el rostro icónico— se encuentra suplantado por una de sus obras más populares, con la que se asocia inevitablemente su nombre. Están ahí los girasoles, sobre la mesa. Alonso no reproduce la obra célebre, propone una reflexión sobre el arte de la pintura. Así, sobre el caballete se encuentran otros girasoles esbozados para que vivificar la tradición. El título Las flores del estudio juega con la palabra última: entendimiento, aprendizaje, boceto y taller. A la par, la estructura de la composición, sobre la que despliega y penetra la naturaleza muerta, enuncia que la pintura es pensamiento sobre un modelo, un orden mental. Por otra parte, la naturaleza muerta de flores tiene la carga simbólica de la vida efímera, de la vanitas. También es la apertura a un tema que se desliza entre las otras series: la mesa de trabajo, con los atributos del oficio como naturalezas muertas, cuyo mayor despliegue es logrado en las mesas de trabajo de Courbet.
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En 1977 Alonso envía a Buenos Aires su producción europea realizada en el exilio. La muestra Visita guiada, en el mes de mayo, en la Galería Imagen, es un recorrido por la obra de los grandes maestros. Alonso hace un alarde de la copia: no le interesa lograr una síntesis formal, dentro de su pintura. La figura, en algunos casos, se interpone entre la imagen heredada y el espectador. Es interesante una variante que introduce: la representación discontinua, como si fuera el paso de un fotograma, sin el encuadre pleno.
La serie El viejo pintor, iniciada en 1978, representa a Pierre-Auguste Renoir, el pintor impresionista, postrado en una silla de ruedas, que debe atar los pinceles a la mano para continuar pintando, o simplemente de paseo guiado por una enfermera. Alonso toma como fuente visual las fotografías de mediados de la década de 1910, tal vez también los films mudos de Sacha Guitry, insertos en el documental sobre Ceux de chez nous de Frédéric Rossif, de 1952. Es la vida dedicada a la pintura hasta la última instancia lo que convoca a Alonso a traerlo al presente. No hay identificación política (Renoir era un conservador, seguidor de Barrès, de la derecha francesa) ni emulación estilística. Es la idea de una comunidad de pintores que supera el límite ficticio del tiempo.
Gustave Courbet es otra imagen histórica: la del artista que reúne vanguardia política y artística. Sin embargo, Alonso no representa al Courbet que puso su gloria al servicio de la Comuna de París en 1871, condenado a la prisión, al exilio y al olvido hasta la muerte. En la pintura de Alonso, Courbet es el artista con su caballete frente a los bosques, que pinta fielmente en la tela, o el que tiene la mesa de trabajo cubierta con frutas para naturalezas muertas, entremezcladas con las herramientas y materiales del oficio. Courbet es el deseo de la pintura en plena vitalidad. Uno de los cuadros más interesantes de la vejez de un pintor es Cataratas, de 1986: Monet se encuentra en el fondo de la tela, la manta que lo cubre ocupa la mayor parte de la escena, el estampado parece proponer una abstracción resultado de los problemas de visión del artista. También Monet había sido filmado por Sacha Guitry en los jardines de Giverny. La vejez y la muerte son una constante en la mirada de Alonso; la obra dedicada a Egon Schiele logra potenciar la extraña delicadeza de las fotografías del artista muerto en su cama en 1918.
Como homenaje por el centenario de la muerte de Van Gogh, en 1990, Alonso realizó la exposición El pintor caminante en el Museo Nacional de Bellas Artes, reflexión sobre el posimpresionismo y su captura de la naturaleza, además de la constante indagación sobre el artista y sus actos. En esta serie, que acrecienta al año siguiente, entrelazó la tradición europea con la pictórica argentina, activa desde su lugar en Unquillo, las serranías cordobesas. La muestra recupera el paisaje en su autonomía desde el goce de lo pictórico, donde se borra la distancia entre la naturaleza y la pintura. También revisita temas ya constantes como la modelo desnuda en el taller, en una secuencia de tres posiciones con sutil erotismo, o con el giro sorpresivo de Van Gogh mirando un desnudo de Munch y Cataratas Nro. 1. V.G. visita a Monet. Visitas entre artistas que obligan a pensar en una historia del arte paradójicamente sincrónica.
Sobre el artista
CARLOS ALONSO Tunuyán, Mendoza, 1929. Irrumpió en el panorama artístico de los años 60 del sigloXXcon vigor inusitado. Su producción participa de las vertientes neofigurativas que desestructuraron el concepto de representación por el de la gestualidad del informalismo, la simultaneidad de la imagen, el uso de la narrativa fílmica, del cómic, del pop, la ruptura del plano y el color independizado del dibujo. Todos estos elementos, que se conocerán como Nuevo Realismo, se integran armónicamente en su producción, en la que el signo reemplaza a lo descriptivo otorgando a la obra una función esencialmente simbólica.
A partir de 1944 realizó sus estudios en la Academia de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Cuyo. En 1950 viajó a Tucumán y formó parte del grupo de Spilimbergo en la universidad de esa provincia.
En 1957 ganó el Primer Premio del concurso para ilustrar la segunda parte deEl ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha, de Miguel de Cervantes Saavedra (la primera parte había sido ilustrada por Salvador Dalí). En 1968 viajó a Florencia para trabajar en las ilustraciones de laDivina Comedia, de Dante Alighieri. En 1969 comenzó la serieLección de anatomía, variaciones sobre la obra de Rembrandt que tienen como trasfondo la ejecución del Che Guevara y las fotos en las que se lo exhibe muerto sobre una mesa de cemento. En los 60 comenzó una importante vertiente de su obra en donde la simbiosis vaca- hombre y la violencia sobre el cuerpo son recurrentes. Se inició con tres collages de 1965, contemporáneos de las ilustraciones que hizo paraEl matadero, de Esteban Echeverría. En 1972 retomó el tema, que expuso en 1973 en la Galería Giulia, de Roma, y en abril de 1976 —un mes después del golpe de Estado— presentó en la Art Gallery International la muestra tituladaEl ganado y lo perdido. Ese año se exilió con su hijo y su esposa en Roma. En 1977 desapareció su hija Paloma. En 1981, Alonso regresó a la Argentina y al año siguiente, se instaló en la provincia de Córdoba, donde reside hasta la actualidad. Desde su regreso, expuso en múltiples muestras en galerías e instituciones del país y el exterior, y obtuvo numerosas distinciones. Participó de la Bienal de La Habana de 1984, donde obtuvo el Premio Orozco, Rivera y Siqueiros. En 1990 expuso en el Museo Nacional de Bellas ArtesEl pintor caminante, obras referidas a la vida de Van Gogh. Realizó el muralCon los pies en la tierrapara los lunetos de la cúpula de Galerías Pacífico en 1994.
Actualmente reside y trabaja en Unquillo, Córdoba.
Vida de pintor.Carlos Alonso
Coordinación: Pablo Alonso y Luis Rodolfo Cuello
Producción: Colección de Arte Amalia Lacroze de Fortabat.
Olga Cossettini 141 Primer piso
Martes a domingos de 12 a 20. Ingreso hasta media hora antes del cierre.Lunes cerrado
Lunes Cerrado