El horizonte, epicentro mantenido en la obra de C.J. Chueca, es un elemento que todos los individuos parecemos tener interiorizado. Su elaboración entra en consonancia con la narrativa de la migración de emergencia y, acompañado de las pistas de aterrizaje de los aeropuertos, simboliza tanto nuestros límites como aquello que consideramos posible y realizable. Como si fuera donde se divide la tierra y el cielo, como la sensación de estar a punto de sumergirse en un cuerpo de agua, toda línea horizontal nos posiciona en un intersticio que condensa el sentido de un espacio de traslación. 

La huida expone los matices de esta dualidad, en el intento de sintetizar el espacio donde habitamos siempre: entre la luz del día y la sombra nocturna, en el tránsito entre momentos difíciles y llevaderos. Sin embargo, en el justo momento de abertura -de la "hora azul" y la "hora dorada"- el movimiento pendular encuentra sosiego, claridad y sublimación. El trabajo con lo común, lejos de ser fútil, es la característica consustancial del arte conceptual: el abordaje de aquello que presenta una significación colectiva nos permite entablar diálogos que exceden mas involucran lo personal.

Texto de sala de la curadora y crítica Florencia Portocarrero.

La muestra se podrá visitar desde el día de su inauguración el viernes 23 de agosto a las 17:30 hs hasta el 4 de octubre de Vigil Gonzáles, Diagonal norte 628, de miércoles a viernes de 15 a 19hs.

Entrada libre y gratuita