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La exhibición presenta fotografías realizadas por la pareja Bernard Plossu – Françoise Nuñez. La cuidada selección permite apreciar el estilo y la hondura de ambos artistas. Se inician en la fotografía cuando en Francia no había alcanzado aún el nivel adecuado de reconocimiento.
Bernard Plossu nace en Vietnam en 1945. En 1958 realiza un viaje iniciático al desierto de Sahara con su padre y allí toma sus primeras fotos con una cámara infantil.
Durante su juventud en París frecuenta la Cinemateca donde se forma visualmente. La influencia del cine de la nouvelle vague se percibe tanto en sus retratos de mujeres como en la elección de la técnica característica de esta época.
Entre 1965 y 1966 vive en México, país que recorre y fija en la imagen fotográfica. Su estadía en el país azteca dará origen al libro Voyage mexicain, publicado quince años más tarde, obra fundamental tanto para la fotografía como para la poesía.
Según Pierre Devin, notable fotógrafo francés, miembro fundador del Centre Régional de Photographie Nord-Pas de Calais al referirse a Plossu escribe “Su forma innovadora amplía las dimensiones imaginarias. Construcción retrospectiva, su estilo y temas llevan la marca de un autor en el amanecer de un equilibrio entre trabajo y vida. Respira el aire de la libertad.”
Su vida transcurre entre numerosos viajes y publicando libros sobre estas experiencias. Desde el punto de vista técnico utiliza siempre un objetivo de 50 mm, muchas veces con viejas cámaras, incluso con cámaras de juguete, tanto en blanco y negro como en color.
Françoise Nuñez, por su parte, comenzó a dedicarse a la fotografía en 1975. Tuvo como maestro a Jean Dieuzaide. Trabajó en España, India, Grecia, Turquía, Polonia, Etiopía, Senegal y Japón.
Devin describe la fotografía de Nuñez como “… el lugar del balance sutil entre el interior y el exterior, entre la realidad y la ficción. El rigor y la concentración se manifiestan en la forma en que incide en lo visible. Se trata de la capacidad de ver, tomar y hacer. Estamos lejos de la metáfora de la captura. La serenidad de la decisión se prolonga en el trabajo de laboratorio. La finura de su técnica magnifica su percepción.”
La muestra cuenta con el apoyo de la Asociación de Amigos del Museo Nacional de Bellas Artes.