MES | Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori
Av. Infanta Isabel 555 (frente al puente del Rosedal de Palermo) Parque Tres de Febrero

Horario: de martes a viernes de 12 a 20 hs., y sábados, domingos y feriados de 10 a 20 hs.
Entrada: $1 (miércoles y sábados: gratis)
Ariel Mlynarzewicz presenta obras de grandes dimensiones, casi murales y telas al óleo, enfatizando el tema de El Bosque, metáfora del camino hacia sí mismo, valiéndose de enormes cantidades de materia que dejan las grandes espátulas, cuyo resultado es pinturas casi abstractas.
Pintor, dibujante y grabador, discípulo de –entre otros– Carlos Alonso, los ejes troncales de la obra de Mlynarzewicz remiten a rituales cotidianos, a la vida y a la muerte, a la ciudad, a la familia. El artista enlaza materia e idea mediante líneas quebradas, trazos gruesos y gestuales, empastes, colores saturados, de acuerdo con el material y la técnica que trabaje.
Desde 2006 forma parte del Grupo de Boedo, integrado por estudiantes que trabajan y exponen, abrevando de su pasión y de sus experiencias. Realizó numerosas exposiciones, individuales y colectivas, tanto en Argentina como en el exterior. El Gran Premio de Grabado del Salón Nacional y el Primer Premio de Pintura en el LIV Salón de Artes Plásticas “Manuel Belgrano” (Museo Eduardo Sívori) dan cuenta del merecido reconocimiento a su trabajo, en ocasiones de gran envergadura, como los murales que realizó en la cúpula del Teatro Regio (2009), entre otros.
En esta muestra, Ariel Mlynarzewicz ha decidido privilegiar las imágenes por sobre cualquier texto; es decir, privilegiar el sentido de su trabajo, que es la pintura. En sintonía con esta premisa, el catálogo de la exposición estará compuesto únicamente por imágenes de las sesenta obras que la conforman. Así, la pintura se convierte en el único punto de contacto con el espectador, a partir de la idea de que una pintura no necesita “traducciones” ni “explicaciones”.
Esto se vincula estrechamente con el momento que está atravesando el artista: una instancia de búsqueda, introspección y profunda espiritualidad. De allí que no haya una línea temática en El Bosque, serie que amalgama toda una trayectoria de colores y texturas al servicio de la expresión más pura.
En permanente búsqueda, Ariel Mlynarzewicz explora la potencia expresiva de El Bosque, metáfora de un camino hacia sí mismo. Nos sumerge en la espesura de follajes desplegados en la desmesura de sus telas, valiéndose de grandes cantidades de materia que arrastran las huellas de espátulas y pinceles.