Otto Galería
Paraná 1158, CABA
Levitar y Herida son las dos series que Antonia Guzmán presenta en OTTO Galería. Iniciando el recorrido por Levitar –corpus de obras que dan nombre a la muestra en general– los acrílicos sobre tela y papeles cobran forma a partir del encuentro fortuito con el libro-catálogo Anni y Josef Albers, viajes por Latinoamérica donde Guzmán continúa el camino iniciado por Anni allá por 1946, cuando escapando de la Europa de Hitler tras el cierre de la Bauhaus de Weimar, recorre junto a su esposo el continente americano, quedando absolutamente seducida por la cultura y estética precolombina.
Pinturas que siguen un ritmo interno, un patrón geométrico pausado, con una pincelada sutil pero muy lejana de la perfección industrial, privilegiando en cambio la percepción moderada de la trama de la tela que soporta los pigmentos; se emula en ellas la armonía de los textiles de la serie “Con verticales” de Albers. La paleta equilibrada, acotada y la preponderancia de una recta estricta, contrastan llamativamente con otras series donde la línea permitía ciertas licencias al perder relativamente su rigidez, integrando la curva y donde los colores gozaban de una estridencia impactante.
La serie propone una conversación sostenida en el tiempo: artistas creando en países y entornos sociales, políticos y culturales distintos, en siglos distintos y, sin embargo, gracias a la mirada retrospectiva que habilita el arte -al recuperar de la historia del arte sus influencias, motivos y visiones- artistas como Antonia Guzmán pueden reelaborar un trabajo desarrollado antaño por un enorme grupo de “mujeres tejedoras” herederas de una estética cuyo puntapié inicial nace con Albers en la Alemania de los años 20 y 30 del siglo XX.
Herida se presenta como la otra cara, como el platillo que equilibra la balanza. El grafito sobre papel traza líneas apasionadas, llantos contenidos, angustias y broncas que son tan autorreferenciales como comunes e inherentes al animal humano. Cuando la serie Levitar propone sobrevolar la adversidad, Herida desgarra y lastima la superficie con el buril evitando la mirada indiferente, adentrándose en el dolor pero sin violentar la mirada; su enfoque busca la empatía y no la distancia.
La muestra Levitar es un contrapunto entre la pasión y la razón. Las obras contenidas en dos series tan contrastantes como complementarias -desde los materiales que intervienen los soportes y los soportes mismos, la estética, el juego cromático y la carga afectiva y conceptual que recae sobre cada una de las piezas-, acercan al espectador a un trabajo visceral pero silencioso, con economía de recursos, buscando dar con algo que trascienda el fotograma del momento a veces hostil que gracias al arte la artista puede trasmutar, convirtiendo ese aquí y ahora en un “no sé qué” enriquecedor para ella y para quien observa.
El sonido del arte repercute en el artista y hace eco en la eternidad... para quien quiera escucharlo.
Lic. María Carolina Baulo
Septiembre de 2018