Una colección de colores

Si el problema de los materiales de la pintura es su transparencia o su pincelada, la cuestión del plano perfecto la ofrece (u ofrecía) el Papel Planograf que es  un "Papel atemperado, textura semi áspera como la témpera, tamaño 50x70". No era un papel muy grueso, era la capa de tinta de color lo que le daba cuerpo. La carta de colores era variada y sutil, con variedad de tonos y valores, escala de grises.

La necesidad del plano perfecto pertenecía más al mundo del diseño, ya que el destino de imprenta de los objetos gráficos hacía que justamente una transparencia o una pincelada no sirvieran tanto como para la pintura artística, siendo estas cualidades la materia prima del acto de pintar.

El plano del color es buscado por el arte a partir del siglo XX, es un ideal a alcanzar y que en la dificultad de su obtención reside la gracia de la personalidad en la pintura abstracta, independizada de la representación.

Sin embargo el papel Planograf, a pesar de ser un producto industrial, está lleno de artesanía, es un objeto que sintetiza la historia del color, de su uso. Es un grabado sin imagen o la imagen es el rectángulo que contiene el color mismo, hecho con serigrafía que es una técnica milenaria; viene a resolver una necesidad expresiva y se monta sobre la posibilidad del collage, una técnica que abrió el mundo de la composición; ofrecía una carta de colores que, se puede intuir, fue elegida y normatizada por artistas.

Entonces Ana Casanova colecciona estos papeles que no se producen más, ya que la computación sustituyó su uso en la confección de bocetos, quedan saldos en las tiendas de pintura y pasan en un momento dado a un primer plano en su obra, sustituyendo literalmente lo que antes eran sus transparencias y pinceladas horizontales, con estos papeles que algunas veces coloca enteros, quizás por respeto a ese colorista anónimo que proponía los tonos aterciopelados que en su plenitud puede sentirse una sensibilidad, una propuesta estética. Incluso el borde blanco que permite manipular el papel en su fabricación, queda como composición concreta en esta nueva serie de obras.

De todas maneras, en la tradición pictórica de Ana, llega a echar mano de la colección después de una práctica constante en sentido contrario: pintar papeles con óleo, el "graf no plano" que también se va a incorporar al collage, planteando las dos cuestiones al mismo tiempo. O pintar bolsas de arpillera plástica, en todos estos objetos hay un rectángulo de cierto tamaño que al sacarlo de su identidad industrial se reúnen en estos collages con una identidad nueva. Es decir que el rectángulo y el color contenido en él pasan a ser el tema que sustenta esta exposición, formas duras que por algun motivo extraño, siguen sustentando una obra informalista.

Magdalena Jitrik

Con curaduría de Cristina Shciavi, la muestra se podrá visitar desde el 13 de abril hasta el 28 de mayo en Galería Casa Bolívar Bolívar 663, CABA