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El Museo Nacional de Bellas Artes tiene el placer de presentar la Afrodita de Capua, una escultura realizada durante el imperio de Adriano (117 al 138 d. C.), proveniente del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
La exhibición de esta obra maestra del arte clásico forma parte de las relaciones e intercambios culturales entre los Estados italiano y argentino, y se lleva a cabo en el contexto de la Cumbre del G-20, cuya sede 2018 es nuestro país. En ese sentido, quiero expresar mi gratitud hacia la Embajada de Italia en la Argentina, el Instituto Italiano de Cultura y el Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
La Venus de Capua, una de las piezas fundamentales del arte occidental, ha inspirado la imagen de la femineidad por dos milenios. Se presume que las Venus de Milo y de Capua son copias de una Afrodita original perdida, atribuida a Lisipo, uno de los grandes escultores de la Grecia clásica. Pero mientras que aquella sostenía en su mano una manzana –siguiendo al arqueólogo e historiador alemán Adolf Furtwängler–, la Afrodita de Capua, por el contrario, presenta una diferencia crucial. El gesto –la cabeza levemente inclinada hacia algo que tendría entre sus manos vacías– reclama un objeto ausente. Podríatratarse del escudo de Ares, que en la iconografía griega suele ocultar un espejo donde la diosa contempla su rostro, aunque también podría seruna lira. Deidad del erotismo y la seducción, casada con el poco agraciado Hefestos, Afrodita mantuvo su romance prohibido con Ares, el dios de la guerra (para los romanos, Marte).
El enigma de esta escultura, configurado por el pudor y la serenidad clásicos con que se anudan lo sublime y la más terrenal de las carnalidades, le infunde tal potencia iconográfica que resulta difícil pensar la figura femenina, al menos desde el Renacimiento, sin ella. Como sucede con toda obra de la Antigüedad clásica, una vezdestituidas las creencias que la inspiraron, nuestra percepción actual se ve instigada a aceptar su misterio eterno como parte de la mejor herencia de una cultura.
Andrés Duprat
Director
Museo Nacional de Bellas Artes
Afrodita de Capua, diosa del amor y la belleza
Posada sobre su pierna derecha, con el pie izquierdo apoyado sobre un casco, la diosa griega Afrodita (Venus, según la mitología romana) está representada semidesnuda. Un himation o manto de rico drapeado recubre la parte inferior del cuerpo, sostenido por la rodilla de la pierna izquierda ligeramente doblada, y resalta la leve torsión del busto. El cabello está dividido en la frente y recogido en la nuca, que adorna una diadema cuyo borde posiblemente estuviese decorado con un hilo de perlas. En el rostro, de forma ovalada, se distinguen los ojos almendrados y unos labios bien dibujados. La parte superior del cuerpo y la cabeza de Afrodita giran apenas hacia la izquierda, mientras los brazos se elevan para sostener, casi con seguridad, el escudo del dios guerrero Ares, donde la mujer se contempla como si se tratase de un espejo. En esta figura, la composición armónica del contrapposto se adapta a un cuerpo femenino.
El mito representado fue motivo de diversas interpretaciones a lo largo de los años. La figura ha sido relacionada con el mito romano de la victoria de Venus sobre Marte, una alegoría del triunfo del amor sobre la guerra. Esta iconografía se refleja en testimonios del mismo período, tanto literarios (Argonáuticas, de Apolonio de Rodas) como pictóricos. De hecho, son numerosas las representaciones iconográficas presentes en las pinturas pompeyanas. Esta lectura puede vincularse, además, con la adoración de Venus Vincitrix en Capua, luego de que Julio César la convirtiese en colonia de veteranos, en el año 59 a. C., y la eligiera como deidad protectora de la ciudad.
Esta versión de Afrodita fue hallada en 1750 en el Anfiteatro Campano de Capua –el segundo en importancia después del Coliseo–, donde formaba parte de la decoración arquitectónica. En 1820, fue restaurada en los brazos, en parte del drapeado y en la nariz. Realizada en mármol, la pieza corresponde al período adrianeo y deriva de un original griego en bronce de finales del siglo IV a. C.
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Afrodita de Capua. Período adrianeo (117-138 d. C.), mármol, 2,20 m
crédito de la imagen © luigispina / Museo Archeologico Napoli