Nota publicada online
El artista es un hombre preocupado por accionar sobre el campo de la realidad: si su acción se convierte en una obra con valores permanentes y que contiene belleza, este es un hecho que el artista no puede controlar.
Carlos Gorriarena
Maestro del color y expresionista figurativo; gran observador de la realidad que le tocó vivir, sin medios tonos Gorri –como lo llamaban sus amigos-, supo desentrañar nuestra idiosincrasia con su mirada mordaz y sarcástica.
Recorrer la actual muestra en el Palais de Glace es una invitación a reconocer la galería de personajes que estaban muchas veces en el centro de la escena de la época: políticos, militares y religiosos.
La muestra antológica reúne unas cuarenta pinturas y más de setenta obras sobre papel, entre bocetos, tintas y pasteles tiza de distintos períodos hasta enero del 2007, fecha de su imprevista muerte. Uno de los dibujos expuestros, seguramente uno de los más antiguos, está firmado "Rojo aquel", que es el significado de su apellido en idioma vasco español.
Cuadernos de notas, fotos y recortes se exhiben en un par de vitrinas, permitiéndonos ahondar en la intimidad del proceso creativo del artista ya que, como señala Oscar Smoje, Director del Palais de Glace, en el catálogo de la muestra,“los cuadernos de trabajo revelan la construcción de la mirada artística de Gorriarena: a partir de una imagen “real” apunta pre-bocetos que transforma en el boceto sobre el que hace un dibujo que luego es plasmado como pintura. El éxito de su pintura radica, siguiendo a Bachelard, en la transformación de la mirada sobre cierta realidad.”
Papeles, 1978 Acrílico s/tela - 119x148 | Riesgoso camino hacia la nada, 2006 Carbonilla s/papel - 76x56 | Cristal, 2006 Acrílico s/tela - 140x180 |
Este recorrido por el legado del maestro Gorriarena a la cultura de nuestro país, incluye obras pertenecientes a colecciones privadas y museos nacionales y de la ciudad de Buenos Aires. El tríptico "Las alas del deseo", del año 1989 y propiedad de la Casa Rosada, se expone por primera vez al público.
El "taller de Gorriarena" ubicado en el barrio de San Telmo, fue durante muchos años, -además del espacio en el que él creaba-, el lugar de sus clases, donde gran cantidad de alumnos pintaron y ejercieron la crítica de trabajos propios y ajenos. Una recreación de éste, un video con entrevistas y mesas redondas y una selección de sus textos acerca de las artes plásticas y su pensamiento como hombre ideológicamente comprometido con su país y su época lo muestran tal como era y se definía.
Su personalidad expansiva y generosa aún sigue viva en la inconfundible pincelada, cargada de color y materia, de este protagonista del arte argentino.