Nota publicada online
Esta nueva serie completa una trilogía sobre el sistema del paisaje y los distintos abordajes, sucesivamente Paisajes horizontales y Paisajes intervenidos, que constituyen un gran vector de su producción reciente.
Viajera desde hace años, naturalizada con el registro de las curiosidades que percibe como testigo que la llevan a reflexionar como artista, esta series de percepciones resultan inevitables a la hora de componer, tal como reza la introducción del breve texto de Julio Cortázar “un viaje sin tiempo, sin lugares y sin espacio”, pero que -a la vez- contienen “retazos de recuerdos” que los hacen reintegrarse nuevamente en otro tiempo, otro espacio, otra obra impecable en su factura.
Mirar detenidamente cada imagen nos devuelve la impresión de algo donde la naturaleza resulta objetivamente modificada por la mano que la interviene. Recortes de alguna de las partes funcionando como dípticos con la obra de mayor tamaño, permiten al espectador introducirse en algo especialmente determinado por Marín en su plan de indeterminar, aunque no totalmente, la naturaleza de sus paisajes. Pues allí se enuncia una pequeña parte de ese todo que podemos reconocer en algunas referencias, sobre todo si también somos viajeros.
Pero es particularmente interesante la forma en la que aparecen dentro de la obra las formas geométricas. Funcionando de un modo que me permite pensar que Matilde nos da más claves para que no dudemos de que hay algo construido que organiza el paisaje como un dispositivo del pensamiento.
El valor que el texto tiene para Marín está patente desde otros tiempos donde el uso de una oración breve o una idea que funcionaba como disparador se involucraba dentro de la obra. Pero se ha manifestado mucho más a partir de las obras colaborativas en donde se integran las miradas de algunos convocados que provienen de otros campos. Tal el caso del libro que presentara, hace unos pocos años, en conjunto con los textos de José Emilio Burucúa y la música de Marta Lambertini. En alusión al humo que invade el paisaje y que particularmente da una señal clara de un acontecimiento relacionado a un grupo humano. Humos que aluden también a grandes tragedias que Burucúa magistralmente integró con su aporte.
Esa minuciosidad tan precisa para tratar la imagen, esta cuestión de poder armar alianzas para hacer posible un proyecto, revitaliza su producción permitiendo además que haya un amable movimiento entre una idea suya y otra que se abre a un debate y un encuentro. Mi percepción es que Marín es una gran integradora, no sólo porque elabora buenos planes sino porque sabe gestionarlos con mucha sensibilidad.
La muestra se completa con una serie que ya fuera presentada en la última edición de arteBA y que toma de pretexto, y tal vez de la mano, al mismísimo artista ruso Malevich de quien recibiera un gran impacto cuando vivió temporalmente en Washington antes de radicarse nuevamente en Buenos Aires. Este gran artista que enunció teorías en un momento donde el signo de los tiempos estaba en la innovación, reflexiona en 1916: “Hoy, el camino del hombre se abre a través del espacio, y el Suprematismo es la metáfora del color en su abismo infinito.” Nuevamente Burucúa le aporta un gran texto, de interesantísimas referencias que nos hacen reconocer que necesitamos de su sabiduría para introducirnos en aspectos del artista ruso que nos amplían las posibilidades de valorarlo y revalorarlo.
Cito un fragmento que estará incluido en un nuevo libro que ambos planean presentar el 20 del corriente mes donde, José Emilio cita a su vez una de sus referencias, John E. Bowlt: “En 1915, en Del Cubismo y el Futurismo al Suprematismo, Malevich escribió: “Me transformé en el cero de la forma y emergí de la nada a la creación, vale decir, al Suprematismo, al nuevo realismo en la pintura: la creación no objetiva.”
Con ese bucear sobre la naturaleza creativa de un productor de imágenes que nunca se van una vez que han sido percibidas, se vuelve a integrar esa mirada de artista que acopla fotos tomadas a lo largo de los años donde “el cero de la forma” aparece inusitadamente evocado dentro de la nueva imagen, en esa misma fluctuación que la misma vida en su despliegue nos trae de aquí y allí, entre memoria, visiones, conexiones y la inevitable reflexión sobre eso que nos impacta.
Para ir agendando...El próximo miércoles 19 de Agosto a las 18,30 hs.se presenta el libro El Viaje Imaginario de Kasimir Malevich, un libro creado por Matilde Marín y José Emilio Burucúa.que propone un original homenaje al artista suprematista ruso Kasimir Malevich. De la mesa de presentación de libro participan José Emilio Burucua, Matilde Marin y Manuela López Anaya Galería Del Infinito Av. Quintana 326 |