Nota publicada online
Con motivo de la exposición HLITO en la galería Jorge Mara-La Ruche, se editó un libro con ilustraciones, textos y reflexiones del propio Alfredo Hlito y una introducción de María Amalia García.
Alfredo Hlito, fue uno de los grandes artistas integrantes de la vanguardia intervencionista argentina de los años cuarenta. En aquellas décadas, los jóvenes miraban las experiencias vanguardistas de la Europa de entreguerras y proyectaban en el país una renovación estética. El presente desesperanzado por los desastres de la guerra, abría un discurso a un mundo idealizado y con la estricta consigna de la unión arte-vida. Dentro de esta línea, se inscribió el arte intervencionista de los 40’.
Si bien el año 1944 fue fundante para el arte concreto nacional con el lanzamiento de la revista Arturo, la acción de Hlito en la renovación del campo artístico fue previa. Él fue uno de los que firmó el “Manifiesto de los 4 jóvenes” en 1942, planteando la necesidad de instalar una ruptura con la tradición plástica argentina. El texto se difundía como una crítica al mundo del arte local.
Hlito formó parte de la Asociación de Arte Concreto-Invención en donde los tópicos principales de investigación plástica fueron las preguntas por la percepción espacial y la autorreferencialidad del a pintura como superficie bidimensional. Este grupo de artistas trabajó incansablemente en la exaltación del plano y las posibilidades del marco recortado como oposición al cuadro ventana de tipo naturalista. Si bien Hlito exploró las posibilidades del arte concreto, también fue central en su decisión de abandonar el marco recortado y volver a las posibilidades de estudio de la relación de la figura y el fondo en la superficie. En este momento aparece una nueva etapa en donde, las investigaciones dentro del formato ortogonal se centraron en dos alternativas: La vibración del fondo a través de la organización de los elementos en el plano, o la posibilidad de diluir los límites de las figuras esfumando su contorno.
En los primero años de los 50’, Hlito utilizó formas geométricas que, distribuidas en la superficie, buscaban activar su soporte. Algunos años más tarde, se concentró en la dilución de los bordes de las figuras por color o tono que se ve, por ejemplo en la serie Volutas. El artista incluyó en sus composiciones la tensión compositiva a través de la tangente: el punto en el que se unen sus líneas o figuras.
Hlito fue un artista que reflexionó de manera permanente la relación de los elementos en el plano. Las posibilidades y limitaciones.
El catálogo, acompaña la muestra que se puede visitar en la galería Jorge Mara hasta el 4 de agosto.