Nota publicada online
Curada por Kristina Newhouse y María José Herrera, la muestra organizada por Malba junto al University Art Museum California State University de Long Beach, es un extenso recorrido por algunas obras emblemáticas en instalaciones, videos y perfomances.
En distintos momentos, tanto la UNTREF como el MALBA, organizaron sendas muestras de Lamelas, volviendo a poner en la escena local su obra, luego de sus estancias prolongadas fuera del país. Pero en esta ocasión se trata de una muestra monográfica, programada también desde instituciones notables, que reúne algunas piezas de cine y video, sumadas a otras que fueron hechas especialmente para esta exhibición. Con vida propia se presentó en 2017, en el marco del proyecto “Pacific Standard Time: LA/LA”, un mega plan que mapeó las relaciones entre el arte latinoamericano y la ciudad de Los Ángeles, con mucho éxito. Aquí, en su ciudad natal, Lamelas se amplió con más espacio expositivo, lo que le permitió llevar a cabo proyectos de hace cincuenta años, rehechos bajo supervisión. El propio artista confiesa que su obra tuvo que tener un sentido práctico, siendo una persona que se ha mudado tantas veces. Así, aligera sus maletas, no acopia y salvo las obras fílmicas, las demás dejan su huella y son desarmadas una vez terminada la muestra.
De estas interesantes propuestas se encuentran en la gran sala del segundo piso, tanto El Súper Elástico (1965) como Conexión de tres espacios (1966). Con una diferencia de un año entre sí, estas dos piezas contienen un plano de evolución interesante, pues revelan la rapidez con que DL toma decisiones. Después de integrar el equipo de colaboradores de Raúl Santantonín y Marta Minujín para realizar La Menesunda, instala en la Galería Lirolay una obra que ocupaba casi toda la sala, inspirándose en un personaje de historieta que tenía la cualidad de poder cambiar de forma y deslizarse debajo de las puertas. La obra llena de color no implica una relación directa con el pop del Instituto Di Tella, sino “en una tradición de la escultura pintada, como una geometría lírica” más cercana a algunas piezas del Madí o de Luis Wells de esos años. Cambia y abandona el color por una estética donde empieza a pesar la carga teórica que circulaba ampliamente en la escena de Buenos Aires, dentro del grupo de Oscar Masotta, Raúl Escari, Eduardo Costa y Roberto Jacoby. De hecho, el artista reconoce la forma en que Escari le hizo comprender y aligerar su obra. Así Conexión de tres espacios, usa al espectador para completar la información sobre la obra, pues debe circular para entender que esa enorme caja de luz separada de otra caja situada enfrente que recibe la luminosidad y se conecta por medio de un zócalo gris con otro espacio detrás, conformando un hueco definido por dos grandes vidrios que encajonan un vacío. “Fragmentos de información” define la curadora Herrera a este plan y aparece difuso, tan plenamente asociado a la arquitectura como a una factura industrializada, desmaterializando la obra en las salas.
En 1968 es uno de los artistas que representa al país en la Bienal de Venecia, la obra recrea una oficina vidriada, con mobiliario normal. En ella aparece otro de los nodos de sus obras, que es el contexto de temas de interés que circulan en los medios. Esos años de gran ebullición general tienen a la Guerra de Vietnam en el centro de la escena junto a los movimientos juveniles de renovación que van influenciando los comportamientos sociales. En Oficina de Información sobre la Guerra de Vietnam en tres niveles: imagen, texto y audio, el dispositivo de un teletipo permitía recibir noticias sobre la guerra que eran luego leídas en varios idiomas. DL era ya no sólo una joven promesa, evidenciaba una gran capacidad para llevar al espacio del arte, el llamado arte de los medios que tanto interesaba en BA, preanunciando el movimiento que luego se llamó conceptualismo. Aquí juega con ese mismo concepto en un escenario situado en la explanada del museo, se trata de una nueva versión de la obra Señalamiento de tres objetos, (Hyde Park de Londres, 1968), ahora es una performance bajo el título Conversaciones sobre el tema del día (2018) en la que invita personalmente a un amigo o conocido a iniciar una charla sobre una de las noticias de tapa de un periódico local.
El otro tema que circula en sus obras es el tiempo, señalado tanto como duración como espera, que se registran en la instalación Situación de tiempo, realizada en 1967 y recreada para este espacio, donde 17 televisores sincronizados en canales inexistentes, enfrentados producen una sensación de vacío y como sugiere Herrera “Fuera del hogar, en el espacio del museo, el televisor se convertía en un readymade duchampiano”, y agrega: “Situación de tiempo constituye un antecedente del género de videoarte, ya que utiliza un lenguaje abstracto, autorreferencial y de reflexión abierta”.
Imperdible ocasión para entrar en el sistema de ideas y conceptos de un artista argentino, considerado tanto en Londres como California, que abrió caminos de experimentación pasando de un medio a otro. Algo tan evidente que nos permite disfrutar de su humor ácido en los cortometrajes, con el reconocimiento de sus influencias y, una capacidad muy clara de adaptación, para ser un chico nacido en el seno de una familia de Parque Chacabuco cuyos padres tenían el honroso oficio de ser panaderos.