Nota publicada online
En el marco del Encuentro dialogaron Ishmael Randall Weeks (artista visual peruano, vive entre Lima y Nueva York) y Alexander Apóstol (artista visual venezolano, vive entre Madrid y Caracas) dialogan con José Luis Lorenzo (arquitecto y coleccionista argentino) y Aníbal Jozami.
Alexander Apóstol se encontró con Arte Online y conversó sobre el del poder y la arquitectura a partir de su ciudad natal.
Las relaciones entre la segmentación social y económica son en Caracas, capital de Venezuela, un aspecto muy visible dentro de una ciudad que se recuesta sobre dos laderas. Esta elocuencia y aquellas utopías que quedaron en el camino del progreso prometido, son parte de su trabajo sobre el poder y las formas posibles de representación. Hay, de hecho, toda una serie en donde Apóstol trabaja sobre edificios modernistas que fotografía para luego clausurarlos o dejar sólo restos de ventanas, en una intervención digital que intenta capturar aquellos deseos nunca alcanzados de transformarse en una ciudad progresista.
Videos donde aparece la segunda y tercera generación de campesinos que llegaron a trabajar en la construcción en los años 40 y 50, que mantienen esa miseria y precariedad que nunca pudo superar esa familia desplazada, dentro de una ciudad que prometía llegar a un nivel muy alto.
Parte de aquellos discursos forman un corpus de obra que lo lleva siempre a presentarse como un artista venezolano aunque viva la mayor parte del tiempo en España. Invitado por la Bienal Sur Global que articula encuentros muy interesantes donde artistas de la región plantean sus discursos analizando desde las artes visuales, una complejidad que se nutre de casi los mismos problemas, aunque de todos modos haya una diversidad precisa que cada uno de los participantes se encargue de enunciar en sus producciones. En este séptimo encuentro, el compromiso social, el desarraigo, el migrante y el trabajo de señalar activamente la pertenencia a una ciudad fueron los temas desarrollados en sendas mesas a lo largo de una jornada demandante por el nivel de las temáticas y la calidad de los disertantes.
Hay que decir que Apóstol también integra la invitación de algunos artistas sudamericanos que hiciera Yoko Ono para su muestra en el Malba, donde la temática se centra en el agua y el aporte de cada uno es singular. Alexander tiene una de las obras que destaca por su contundente elocuencia para relatar el poder, la culpa y la metáfora del lavado de responsabilidades. Se compone de una canilla, una lanza de conquistador y un mástil, que resalta la forma en que estas cuestiones están unidas todos con el mismo cromado.
Amable y muy preciso se presta a un diálogo demostrando que conoce lo suficiente nuestro Buenos Aires como para poder establecer puntos de contacto y de lejanía entre Caracas y esta ciudad que aprecia por muchas cualidades. La charla se nutre de pequeñas anécdotas, de su derrotero por distintos países, de su pasión por la fotografía y el video que va intercalando para producir una obra donde el personaje centra sus discursos en la cuestión del género, del transgénero y sus inserciones en la trama social tanto como aquellos sin nombre que habitan hacinados en espacios imposibles.
Los desafíos de Venezuela le preocupan seriamente, pues se advierte que esa pertenencia no es una cuestión que intenta superar sino todo lo contrario, se profundiza con el tiempo y la distancia. Una obra contundente, sin estridencias, que conoceremos mejor el próximo año cuando realice la primera gran muestra individual en el Malba.