Nota publicada online
El Museo de Arte Moderno pone a consideración una serie de 222 papeles imperdibles del gran artista argentino, que lo pintan en su evolución de moderno a contemporáneo usando todas las técnicas posibles.
Considerado un artista notable por su capacidad de producir un corpus de obra de temáticas muy variadas, basada en su mirada sobre lo social y lo político -que tanto signó su tiempo de vida-, el hallazgo de una carpeta que apareció en una mudanza después de estar casi veinte años olvidada, actualiza el repertorio conocido del artista rosarino pero aporta además, algunas perlas de su producción, como son las notas para proyectos o los dibujos eróticos.
Si bien su procedencia sigue siendo un enigma, no quedan dudas de que se trata del mismísimo Berni, no sólo porque su evolución está perfectamente comprendida en los casi cuatrocientos papeles que se encontraron, sino porque el curador Marcelo Pacheco hizo un trabajo admirable junto con el propio museo, para clasificar debidamente los que no estaban fechados o los que no pertenecen a series que luego se desarrollan ampliamente. Con tanta minuciosidad como dar a conocer que hay dentro de los dibujos de guerra, uno muy raro que tiene espárragos y se descubre que proviene de alguna captura de la guerra de Corea, pues ahí se siembran en cantidad y hasta funcionan dentro de un rito de iniciación.
Aparte de estas tesis especiales que resultan del trabajo realizado sobre estos papeles, se llega a una serie de nueve núcleos con todas las técnicas posibles, desde el dibujo, la pintura o el collage a los trazos rápidos de fibras y marcadores de color; de las transcripciones de fotografías a dibujos, a su carrera como artista para los salones o los premios como a sus preocupaciones por lo social o su capacidad de cronista de su tiempo. El montaje favorece al recorrido por esos ejes, anticipando en una primera sala todos los temas para ir dando espacio a agrupamientos que implican desde aquellos desnudos muy clásicos de los años 1927-28 llegando a los de los años 1960 - 70, con esas variaciones del dibujo que fueron un sello propio en la realización de sus personajes claves como María Magdalena actualizada o la propia Ramona Montiel, junto a un segmento especial que contiene la advertencia de no apto para todo público con sus dibujos eróticos y algunos bocetos para una edición de El Decamerón que nunca se publicó.
Están los retratos que el propio Berni hizo en parte para mantenerse económicamente, eufemísticamente llamados retratos “de burguesía” o los más artísticos, como los que integran bocetos y notas para los murales de las Galerías Pacífico realizados en 1944 cuando compartía el grupo de Arte Mural junto a Castagnino, Spilimbergo, Urruchúa y Colmeiro. Muy bellos por cierto.
Aparecen también las series de paisajes y personajes populares producto de sus notas de viaje, elaborados entre la década del 40 y el 50. Abarcan la provincia de Jujuy tanto como sus recorridos por Bolivia o Perú. Conforman junto a los de la década del 50, más centrados en su viaje por Santiago del Estero, tránsitos por el territorio, con bocetos de paisajes bien característicos. El gran Rosario, Chaco, Santiago del Estero y particularmente una serie de acuarelas muy bellas de algunos de los chalets más característicos de Mar del Plata cuando estaban solitos en el paisaje despoblado de los años 30.
Un corpus muy interesante lo constituyen los papeles dedicados a las guerras, manifestaciones y dictaduras del 60 y 70’, particularmente como lo hizo notar el propio Pacheco porque aparecen algunos que tratan el terrorismo de Estado en nuestro país donde incluso aparece la mítica y fatídica representación del Falcon tan presente en la represión ilegal. Pero fuera de esas perlas, hay otras imágenes muy relacionadas con su capacidad para ser un personaje público, cuyas apariciones en la revista Gente fueron muy asiduas, contratándolo incluso como ilustrador para anticipar la pelea por el título mundial de Monzón de 1977 que acompañaron un texto de Silvina Bullrich.
Narró Marcelo Pacheco en un reportaje reciente, para referir su admiración por un artista tan vital y tan inteligente, “tiene sutileza y puede ser brutal”, digiere y puede mezclar “lo culto con lo popular, la historia del arte y lo doméstico, sus amantes, la miseria, la política, las provincias más pobres y las más ricas”. Esos condimentos tan bien detallados quedan al descubierto en esta magnífica muestra que podrá disfrutarse hasta febrero del 2017.