Galería El Socorro
Suipacha 1331, Buenos Aires, Argentina
23 de Septiembre, 19hs
Lunes a Viernes de 11 a 13 hs. y de 17 a 21 hs.
En esta nueva muestra, Silvana Conte Grand, reafirma una intencionalidad de mostrar, desde su lugar en el mundo, a través de lo heredado visualmente de nuestra cultura, paisajes y expresiones culturales que nos son comunes, como en este caso, la danza más identificadora de los porteños, el tango.
Allí, ni el hombre ni la mujer, pueden apartarse de la concentración solitaria que los envuelve y amalgama cumpliendo un majestuoso ritual que ningún otro baile del mundo logra ofrecer. Por tal importancia, el tango ha sido considerado la gran danza del siglo XX, la ceremonia coreográfica en la cual el género humano pone en juego los intereses de la especie para perpetuarse a través de la procreación; es decir donde la pareja enciende el impulso del único acto capaz de llevarla a esa sensación de eternidad que otorga la descendencia.
Silvana, aborda una temática pictórica de honda consistencia porteña y tanguera, traza en sus cuadros un universo que es reflejo fiel del espíritu de nuestra música popular.
En ellos afirma el vigor del baile entrelazado, formando o fundiendo a la pareja casi en una sola figura, en cumplimiento de una apostura maleva de honda plasticidad escultórica.
En las obras de Silvana, la temática adquiere una fuerte presencia expresiva, donde percibimos que sus aprendizajes de las técnicas visuales no impiden sus posibilidades creativas, sino por el contrario hacen posible el advenimiento de su modo expresivo.
Frente a estas obras es factible reconciliarse con los fundamentos de la plástica, equilibrio, ritmo proporción y tono.
Es fácil advertir en sus obras, tiempo de trabajo y a la vez un temperamento, que dentro de un notorio concepto de organización en el plano, se inclina hacia las
formas abiertas y a la expresividad de la materia.
Pues entonces, estamos frente a un conjunto de obras, donde está presente el concepto de contenido (lo conceptual), apoyado por la forma (el leguaje plástico), que no encontramos muy frecuentemente.
Por último, los espectadores, percibimos este equilibrio que, sin duda, define la personalidad del artista y su obra.
Jorge Della Sala
Agosto 2015