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Curada por Agustín Pérez Rubio, la muestra está organizada en diferentes núcleos temáticos, que incluyen sus cartografías, obras hechas de recortes periodísticos, instalaciones donde el tiempo se detiene y el efecto óptico quiebra la realidad, fantasmagorías pictóricas y videoinstalaciones en las que la música tiene un rol fundamental. El títuloPerspectiva–como sustituto de la palabra retrospectiva– remite a una mirada que va desde el presente hacia el pasado personal y vivencial del artista. También refiere formalmente al arte de re- producir la forma y disposición con que los objetos se manifiestan a la vista y evoca una constante en la obra de Macchi: la tendencia que tiene lo real a deshacerse y el carácter ficticio de los signos que pueblan el mun- do.
En palabras de Agustín Pérez Rubio:“Macchi es un artista de generación intermedia muy respetado en el país que ha conseguido una importante repercusión internacional. Con esta exposición MALBA pretende acercar al público argentino los diversos periodos de la carrera de Macchi a partir de piezas fundamentales de su producción, muchas de las cuales no se habían exhibido nunca en el país”,destaca.“Planteado no como una biografía, ni según un orden cronológico, el recorrido de la muestra se organiza a través de fragmentos, del mismo modo que las realidades e imágenes que el artista compone”, agrega.Aunque los signos de repre- sentación utilizados por el artista –letras, coordenadas, números, notas musicales o manchas de Rorschach, entre muchos otros– estén incluidos en sus piezas, su trabajo constituye una ficción que reflexiona sobre la comunicación y sobre el más allá del lenguaje.
Gran parte de las obras fueron producidas especialmente por MALBA para la ocasión y se presentan por pri- mera vez en el país, luego de haber sido exhibidas en importantes bienales, ferias y muestras alrededor del mundo. Es el caso de la instalación Buenos Aires Tour, incluida en la Bienal de Estambul de 2003 –que abre la exposición–; Caja de música presentada en la Bienal de San Pablo en 2004; Still Song realizada para el pabellón internacional de la Bienal de Venecia en 2005; yEl cuarto de las cantantes, instalación basada en el poemaAdiósde Idea Vilariño, en co-autoría con Edgardo Rudnitsky, que se exhibió originalmente en 2006 en la Universidad de Essex (Inglaterra) y en MALBA se presenta por primera vez en español. Así como también las videoinstalacionesXYZ, realizada en 2012 para la galería de Peter Kilchmann, Zürich, yFrom here to Eternitypara el Museo de Lucerna en 2013.
Perspectiva se extiende más allá de las salas de MALBA con dos grandes instalaciones. La primera esRefracción(2012), que se exhibirá en la Sala de Exposiciones de la Universidad Torcuato Di Tella desde el 8 de abril hasta el 3 de junio, y convoca uno de los temas principales de la poética de este artista: la sorprendente irrupción de lo im- pensable en la realidad. La segunda instalación esLa noche de los museos(2016), un site-specific para el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA), que se presentará entre el 15 de abril y el 31 de julio de 2016.
Ficción o realidad
Jorge Macchi trabaja con imágenes cotidianas y las transforma a través de juegos de luces y sombras, diná- micas secuenciales y efectos de repetición que acaban creando sugestivos efectos perceptivos y trastocando las visiones consensuadas. El entorno urbano, los signos de la sociedad de consumo y la historia del arte funcionan como materiales que el artista asocia o confronta en efectos de colisión y de desplazamiento, arro- jando dudas sobre la identidad de las situaciones e incluso de los mismos objetos y seres.
Rodrigo Moura –director artístico del Instituto Inhotim– sintetiza algunos aspectos fundamentales del pensamiento de Jorge Macchi: “Suhabilidad para crear constructos poético-visuales en diversos medios, lenguajes y soportes, que desafían la percepción del espectador, en una suerte de combinación de enigma y anécdota, utilizando refina- dos códigos visuales, pero también contando con la experiencia del mundo y de lo cotidiano que posee el observa- dor¨,escribe en su ensayo del catálogo editado por MALBA.
Por su parte, Inés Katzenstein –Directora del Departamento de Arte de la Universidad Torcuato Di Tella– propone pensar a Macchi como un “surrealista de laboratorio”, considerando al surrealismo como una catego- ría que refiere a lo desconcertante. “Deberíamos entender a Macchi como un artista que cree en el pensa- miento no como un acto instrumental y prístino, ni como una herramienta ordenadora, sino como una potencia cruzada por las fuerzas más oscuras y tanáticas del inconsciente”,reflexiona.“Ficciones, inversiones, parado- jas y metamorfosis, todo apunta a desplazar el “buen sentido” y el orden de la Idea, de lo previsible, de lo cognoscible. Pero lo más propio de Macchi es, en realidad, algo que expande las paradojas de Magritte, los imposibles borgeanos o la locura cortazariana hacia un plano “real”. Las cosas están animadas por un desor- den, por una libertad inédita de sus elementos o de sus efectos”,escribe Katzenstein.