Av. del Libertador 1473
Jueves 1° de marzo,19h
Sobre la muestra
por Andrés Duprat – Mariana Marchesi
Los discursos dominantes de la historia del arte fueron casi exclusivamente pensados desde una mirada masculina. Un posible correlato se materializa en la desproporcionada cantidad de obras realizadas por hombres que se encuentran en los museos. Más allá de una cuestión de números, este escenario lleva a reflexionar sobre la manera en que se comprenden las imágenes y cómo se construyen las reglas en el mundo del arte, aun en el presente.
A lo largo de la historia, no pocas mujeres forzaron estos límites como un modo de poner en entredicho el orden impuesto, cuestionando las jerarquías de género.
Las artistas que integran A la conquista de la luna desafiaron y transgredieron, con mayor o menor intención, algunos de los sobreentendidos que han regido el arte y su producción, así como la forma en que algunas prácticas están indisolublemente ligadas a la masculinidad.
Al elegir el gran formato, aquel que en el siglo XIX y parte del siglo XX restringía su uso a temas considerados elevados como la representación de hechos históricos, muchas artistas rompieron con el mandato que las recluía a una pintura intimista, de pequeña escala, y a los géneros estéticos ligados a ese universo: el paisaje y la naturaleza muerta, entre otros. Con la transgresión del tamaño y el uso de materiales como el hierro y otros metales pesados, también enfrentaron los patrones de la femineidad en relación con la escultura.
El grupo de potentes obras de Diana Dowek, Elba Bairon, Graciela Sacco, Liliana Porter, Mónica Millán, Noemí Gerstein y Raquel Forner invita a pensar estas cuestiones para abrir el debate en torno al lugar que ocupan las mujeres en el arte y la cultura.
Junto con esta exposición, el Bellas Artes también adhiere a la iniciativa del colectivo Nosotras Proponemos, un apagón casi total en las salas de los museos argentinos, que dejará iluminadas solo las obras de artistas mujeres, con el objeto de visibilizar aquello que, desde los números y las estadísticas, se revela desigual, ya que, históricamente, estas instituciones no incluyen en sus colecciones más de un cinco por ciento de obras realizadas por mujeres.
Así, el Museo Nacional de Bellas Artes convoca a reflexionar sobre un problema actual con la intención de señalarlo, pero también a tomar una posición al respecto. ¿Cómo empezar? Mirar al interior de las instituciones y delinear políticas destinadas al cambio es un primer paso para trabajar por la igualdad, generando espacios y oportunidades inclusivas que permitan saldar las inequidades del pasado y del presente.
Andrés Duprat – Mariana Marchesi