Una columna (misma palabra en latín, derivada de columen, "sostén", "soporte") es un elemento arquitectónico vertical y de forma alargada que normalmente tiene funciones estructurales, destinado a recibir cargas para transmitirlas a la cimentación, aunque también pueden erigirse con fines decorativos. De ordinario, su sección es circular. La columna clásica está formada por tres elementos: basa, fuste y capitel. La "basa" correspondería con la cepa del árbol, el fuste con el tronco y el capitel el nacimiento de sus ramas más gruesas. Según esta analogía, autores como Vitruvio piensan que las primitivas columnas imitaban a los árboles, pues en realidad terminaron por sustituir los troncos por columnas de piedra, más duraderas.
Una imagen de una selva enmarañada que va recorriendo una gran columna de papel de dimensiones idénticas a la que se encuentra en el espacio expositivo, enfrentada a la real, de piso a techo de modo tal que es percibida como parte de la arquitectura del edificio, en realidad se sostiene a si misma.
En apariencia la fragilidad del material se opone a su resistencia, dialogando con este edificio emblemático y su tiempo, con el espacio como institución y el dibujo en sí como pilar del pensamiento en el campo del arte, todos ellos entramados muchas veces complejos que no se dejan cartografiar o descifrar fácilmente implicando un entrelazado continuo semejante a la imagen de la maraña que recorre la pieza.

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